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Científicos han demostrado por primera vez que los linces criados en cautividad se comportan de manera muy similar a sus homólogos silvestres una vez reintroducidos, estableciendo territorios estables y adaptándose bien a sus nuevos entornos. Para llegar a esta conclusión, han estudiado los patrones de movimiento y asentamiento de más de 160 linces equipados con dispositivos GPS.
La investigación, publicada recientemente en la revista ‘Biological Conservation’, ha sido elaborada por investigadores del Centro para la Conservación de la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en colaboración con el proyecto LIFE ‘LynxConnect’.
En el pasado, otros intentos de reintroducción de especies criadas en cautividad no siempre han sido exitosos, ya que estos animales tendían a acercarse demasiado a los humanos y a desarrollar comportamientos que ponían en riesgo su vida en libertad. Por ello, los centros de cría han adoptado medidas para preparar mejor a los linces para la vida silvestre. Este estudio ha avalado la estrategia utilizada.
Aun así, la Universidad Politécnica ha puntualizado que, según la investigación, hay algunas diferencias entre los linces criados en cautividad con respecto a los silvestres. Por ejemplo, los linces subadultos nacidos en cautividad no mostraron inmediatamente los patrones de organización territorial típicos de la especie, donde los machos dominan territorios más amplios que las hembras.
Además, estos linces tendían a ser más cautelosos y a moverse más despacio, probablemente debido a su falta de experiencia en el entorno natural. Sin embargo, los linces criados en cautividad empezaron a mostrar comportamientos más naturales con el tiempo. En opinión de los investigadores, esto destaca la necesidad de realizar un seguimiento continuo tras la liberación para asegurar su adaptación y ajustar las estrategias de reintroducción cuando sea necesario.