En el último estudio publicado en la revista científica Science of The Total Environment, los datos demuestran que el deterioro del sistema de lagunas de Doñana es generalizado. Se ha constatado que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana no se han inundado al menos desde 2013.
Estos cambios, están significativamente relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, pero también con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y el funcionamiento del campo de golf. Según los datos, el 80% de estas lagunas se secaron antes de lo esperado por la precipitación y la temperatura observadas y el 84% tuvo un área de inundación menor de lo que se había previsto en función de los mismos parámetros, lo que indica que la actividad humana está alterando el equilibrio natural de las lagunas.
El 19% de las lagunas han desaparecido completamente
«En sistemas mediterráneos, las sequías son recurrentes, pero cuando la sucesión de años sin inundación supera esta recurrencia, la vegetación propia de las lagunas desaparece y son colonizadas por vegetación terrestre, lo que termina con la desaparición completa de las lagunas y la pérdida de los hábitats catalogados por la Directiva», ha explicado el director de la Estación Biológica de Doñana. Esto es lo que ha ocurrido con el 19% de las lagunas muestreadas en el estudio, que ya han desaparecido por completo.
Por otra parte, las tres lagunas que funcionaban como permanentes, es decir, aquellas que no se secaban en verano como sí lo hace la gran mayoría de las lagunas de Doñana, han dejado de serlo. Por ejemplo, la laguna de El Sopetón y la Dulce, que solo se secaban ocasionalmente, ahora se secan con frecuencia.
Repercusiones de la sequía sobre la fauna
Toda esta situación está teniendo repercusiones sobre la fauna y la vegetación singular de Doñana. Por ejemplo, al acortarse el periodo de inundación de las lagunas temporales, los anfibios han perdido gran parte de sus lugares de reproducción.
Además de las lagunas temporales, la conservación de otros tipos de hábitats prioritario depende directamente de un acuífero en buen estado, como el monte negro. Por ejemplo, asociado al decaimiento y pérdida del monte negro dentro del Espacio Natural, se está produciendo la defoliación y muerte de numerosos árboles, incluyendo alcornoques multicentenarios, lo cual es un buen indicador de la excepcionalidad de la situación actual. Desde la última revisión realizada en 2010, han muerto el 8,3% de los alcornoques y un 10% se encuentra en muy mal estado.
Críticas a la proposición de ley
El cambio climático está cambiando los patrones de precipitación y estos cambios se van a intensificar en el futuro e indican una clara disminución del agua disponible. Sin embargo, la demanda del agua en la comarca de Doñana no ha dejado de aumentar.
En relación a la proposición de ley presentada en el Parlamento de Andalucía, Eloy Revilla ha querido dejar clara su opinión: «La explotación actual del acuífero no es sostenible. Se está extrayendo más recurso del que se regenera anualmente mediante la recarga por precipitación, que es variable y decreciente, por lo que se está agotando este recurso natural».
Propuestas para frenar el deterioro de Doñana
Para finalizar su intervención, el director de la Estación Biológica de Doñana ha ofrecido algunas pautas para evitar que continúe la degradación del espacio natural, catalogado como Patrimonio de la Humanidad.
Entre sus propuestas, está la de reducir de forma urgente la cantidad total de agua que se extrae del acuífero hasta unos niveles que permitan el inicio de su recuperación. Sólo así, su explotación podrá ser sostenible, tanto a corto como a medio y largo plazo. También está la de actualizar el sistema de evaluación del estado del acuífero y realizar evaluaciones anuales de la disponibilidad del agua del acuífero para definir las cantidades máximas que se pueden extraer del mismo.
Asimismo, también cree necesario reestablecer de forma urgente la gobernanza en la explotación y gestión del agua y el suelo en Doñana y su comarca para que estén dentro de la legalidad vigente y proteger a los agricultores legales frente a la pérdida de valor de marca de sus productos, a la competencia desleal de los productores ilegales y la incertidumbre de cara al futuro.