Archivo - Militares acordonando el lugar de la base de Cerro Muriano donde fallecieron dos efectivos - RAFAEL MADERO/EUROPA PRESS - Archivo
Archivo - Militares acordonando el lugar de la base de Cerro Muriano donde fallecieron dos efectivos - RAFAEL MADERO/EUROPA PRESS - Archivo

El Juzgado Togado Central Número Dos de Madrid está investigando la muerte del soldado Carlos León Rico, de El Viso del Alcor (Sevilla), y del cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de Adamuz (Córdoba). Ambos fallecieron durante un ejercicio militar el 21 de diciembre en la base de Cerro Muriano, Córdoba. El juez ha decidido procesar a varios oficiales: el capitán Zúñiga, el teniente Tato, el sargento Castroviejo, el teniente coronel Zanfaño, el comandante Velasco y el coronel Navarro.

El auto judicial acusa al capitán Zúñiga, al teniente Tato, al sargento Castroviejo, al teniente coronel Zanfaño y al comandante Velasco de dos delitos consumados contra los deberes del servicio y dos delitos en grado de tentativa, según el Código Penal Militar. Al coronel Navarro se le acusa de un delito de incumplimiento de los deberes inherentes al mando.

Todos ellos están en libertad provisional y deben presentarse los primeros cinco días de cada mes ante el juzgado o ante la autoridad designada. El abogado de la familia del soldado fallecido, Luis Romero, ha valorado positivamente esta decisión judicial, afirmando que confirma su tesis de negligencia grave y falta de organización y medidas de seguridad durante el ejercicio.

El abogado del soldado sevillano recurrirá el auto

Romero ha anunciado que recurrirá el auto para pedir más investigaciones sobre la base de Cerro Muriano, la cual ha sido presentada como un modelo a seguir. El abogado advierte que este accidente revela que el Ejército de Tierra está en riesgo de sufrir incidentes similares debido a los recortes del Ministerio de Defensa y la falta de supervisión.

El auto describe que el ejercicio consistía en cruzar un pantano en Casa Mata, dentro de Cerro Muriano, usando una cuerda instalada por orden del capitán Zúñiga. La cuerda no resultó segura y muchos soldados, al enfrentar el frío y la profundidad del agua, entraron en pánico. Las mochilas que llevaban no ayudaban a flotar y varios soldados tuvieron síntomas de hipotermia.

No había equipos de flotabilidad, salvavidas, personal de rescate o ambulancia en el lugar. Además, los soldados no conocían el terreno ni habían practicado ejercicios acuáticos similares antes. Tras el accidente, el capitán pidió a los soldados que no hablaran con los periodistas, lo que también es criticado en el auto judicial.

Deja un comentario

Deja un comentario