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La directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Olga Carrión, ha comparecido esta semana en el Parlamento, en el Grupo de Trabajo para garantizar la protección de menores ante el acceso a la pornografía en Internet, constituido en el seno de la Comisión sobre la Infancia y la Adolescencia, y ha abogado por potenciar la coeducación, tanto en los centros educativos como en los hogares, para hacer frente a los efectos que el acceso temprano a la pornografía está teniendo en la juventud.
Además, ha urgido al Gobierno de España a regular, «de manera eficaz», el acceso a estos contenidos, así como mejorar la información y formación sobre esta cuestión por parte de menores y familias, según informa la Junta en una nota de prensa.
Carrión ha destacado que «el acceso libre, fácil y gratuito a contenido inapropiado a través de las redes sociales, páginas web e incluso videojuegos por parte de la población adolescente es actualmente una de las principales preocupaciones de las familias y también de las administraciones».
En este sentido, ha recordado que en el IV Congreso Andaluz de Coeducación, celebrado los días 23 y 24 de octubre en Granada y que organiza la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad a través del Instituto Andaluz de la Mujer, se abordó esta cuestión en una mesa con el título ‘Menores y redes sociales: una nueva realidad y un nuevo reto de la educación en igualdad’.
Las personas expertas coincidieron en señalar que la pornografía y el fácil acceso a la misma por parte de la adolescencia es hoy en día uno de los principales peligros de las redes sociales e internet.
Ante esta situación, la directora del IAM ha abogado por potenciar la educación en valores de igualdad, respeto, diversidad y no violencia. Así, ha asegurado que se está trabajando en un plan coeducativo que incluya campañas de información, sensibilización y concienciación sobre los efectos de la pornografía dirigido al alumnado, tanto a chicos como chicas.
Además, este curso se ha lanzado la campaña ‘Y tú, ¿qué harías?’, dirigida a la población adolescente entre 14 y 17 años, que pone el foco en las situaciones y manifestaciones de la violencia de género más habituales entre la juventud (violencia sexual, control y sexting), donde la juventud tiene que implicar y decidir si actúa o no para evitar este tipo de situaciones y conocer las consecuencias.
Guía para las familias
Asimismo, desde el Instituto Andaluz de la Mujer también se ha puesto en marcha la campaña ‘Empieza con un mensaje, termina con una vida’ para la prevención, información y detección de casos de ciberviolencia de género en la juventud. Asimismo, tanto la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e igualdad se han elaborado seis guías dirigidas a las familias para promover desde los hogares la igualdad y la prevención de la violencia de género.
Carrión ha resaltado que «en un mundo cada vez más digital, donde los dispositivos móviles están presentes en los hogares y fuera de ellos, es necesario ofrecer, no sólo a los menores sino también a madres y padres, recomendaciones y planes de acción concretos para saber cómo abordar la gestión de las nuevas tecnologías desde las familias».
Estas publicaciones, que se pueden descargar en las páginas web del IAM y la Consejería, llevan por título ‘Coeducación y Familias’ y ‘Guías Educomunicativas para familias’, compuestas por cinco documentos que abordan: la mediación y supervisión de los dispositivos electrónicos en el hogar, los juegos, videojuegos y juegos online; el pensamiento crítico en familia ante las redes sociales, la desconexión tecnológica y alternativas de ocio offline en familia y la educación afectiva y sexual en familia.
En concreto, en esta última guía, la directora ha explicado que se «ofrece mediante un lenguaje sencillo herramientas a las familias para afrontar tabúes con naturalidad o abordar la diversidad desde el respeto y la libertad. De forma amena y directa se ofrecen pautas para abordar la educación sexual en casa para evitar que la principal fuente de conocimiento de chicas y chicos sobre esta cuestión sea internet y las redes sociales».
Carrión ha insistido en que «la coeducación, en casa y en la escuela, es fundamental porque contribuye a la construcción de una sociedad más igualitaria, prepara a la juventud a vivir en un mundo diverso y promueve relaciones saludables y respetuosas entre los géneros».
En esta línea, ha advertido que «la pornografía no muestra una sexualidad saludable. En esas imágenes ha desaparecido todo el componente afectivo y expresivo necesarios en las relaciones entre personas». Además, ha incidido en que «internet y la pornografía se han convertido en la escuela sobre sexualidad de la adolescencia», al mismo tiempo que ha señalado que «la adolescencia es una de las etapas de transición más importantes del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios. Las experiencias de esta etapa tienen una trascendencia crucial en la vida adulta. Y la sexualidad forma parte de ese crecimiento y esas experiencias».
Consecuencias en la juventud y mayor control
La directora del IAM ha incidido en que la visión distorsionada de la sexualidad y de las relaciones sexuales que transmite la pornografía ya está teniendo efectos en la adolescencia. Así, ha apuntado que «la Fiscalía Superior de Andalucía ha alertado del aumento considerable de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual cometidos por menores en la comunidad andaluza fruto del consumo excesivo de las redes sociales y, en particular, de las páginas de pornografía».
Una realidad que también se está detectando en el Instituto Andaluz de la Mujer a través del Programa de atención psicológica para menores víctimas de violencia sexual en el ámbito de la pareja y expareja dirigido a chicas de 14 a 17 años. Este servicio ofrece atención especializada, tanto individual como grupal, para hacer frente a las consecuencias psicológicas derivadas de las agresiones y/o abusos sexuales sufridos por las menores usuarias.
Carrión ha avanzado que «las profesionales de este programa han detectado diferentes tipos de manifestaciones de violencia sexual directamente ligadas al consumo de pornografía, como el sometimiento de las menores a mantener determinadas prácticas sexuales no deseadas, situaciones en las que las menores no han podido ejercer libremente el derecho a decidir sobre su propia anticoncepción y protección frente a infecciones de transmisión sexual y la ciberviolencia de género, ejercida a través de la telefonía móvil, redes sociales o cualquier espacio online».
Además, la directora del IAM ha subrayado la necesidad de «una mayor regulación por parte del Gobierno de España para evitar que chicos y chicas puedan llegar a la pornografía tan fácilmente». No en vano, diferentes estudios apuntan a que el acceso a este contenido se sitúa a los ocho años.
En España ahora mismo las páginas pornográficas sólo contienen un aviso que señala que sus contenidos no son aptos para menores o, como mucho, introducen una casilla que pregunta al usuario si tiene más de 18 años. Carrión ha explicado que desde el Gobierno de España se ha comenzado a trabajar en un sistema de verificación de edad y ha demandado que sea «un procedimiento eficaz que la adolescencia y juventud no pueda sortear con facilidad».