Militares acordonando el lugar donde fueron localizados los dos militares fallecidos en la base de Cerro Muriano. - RAFAEL MADERO/EUROPA PRESS

Uno de los soldados fallecidos en Cerro Muriano, el joven sevillano Carlos León Rico, llevaba sobrecarga en su mochila, «como castigo por la mala ejecución de un ejercicio durante la instrucción previa», según ha confirmado el abogado Luis Romero. Como él, 20 compañeros de los 60 que iban a hacer maniobras a un lago de la base militar cordobesa. León, de 24 años, murió ahogado junto al cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años y natural de Adamuz (Córdoba).

«Casi la mitad de los soldados cargaba desde dos semanas antes del siniestro con lastre en su mochila», explica el abogado. Concretamente, llevaban una mina inerte en su macuto, mientras que los mandos, ni los soldados de la segunda sección portaban dicho peso extra, que presuntamente fue colocado por el mando.

El día de los hechos

Se internaron en el lago parte de los militares que formaban la primera sección a la que se ordenó entrar en el agua. El cruce de la balsa se produjo con la luz del día, cerca de las 9:00 horas, aunque la actividad de los militares se había iniciado horas antes, todavía de madrugada, alrededor de las 6:00 horas, con una práctica de topografía y otra subterránea.

Se explicaron los objetivos y la manera de llevarlos a cabo, se dieron las instrucciones, e incluso se llevó a cabo previamente una prueba fallida antes de que los efectivos entraran en el agua. Además, los soldados entraron al lago sin chaleco para aligerar el peso, según las fuentes.

Al respecto, se había dispuesto una cuerda atada a dos encinas, una especie de guía que dividía la superficie del agua por su parte más corta -la distancia entre orilla y orilla era de unos cien metros-, al tiempo que «no había línea de vida, ni ambulancia ni flotadores o salvavidas a los que poder asirse en caso de peligro», según remarcan las fuentes, para agregar que en la balsa «no se hacía pie».

La práctica se frustró

En este sentido, la práctica se frustró unos minutos después de entrar en el agua los primeros efectivos. De hecho, la segunda compañía no llegó siquiera a iniciar el ejercicio. Los mandos y el resto de soldados que estaban fuera del agua fueron los primeros en socorrer a los compañeros, que pedían auxilio.

Otro de los soldados fue rescatado en parada cardiorrespiratoria. Le salvó la vida otro militar antes incluso de que llegara la ambulancia, al hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Algunos de los efectivos que iniciaron el rescate terminaron teniendo que ser a su vez rescatados y atendidos por hipotermia. El Ministerio de Defensa apartó del mando al capitán que ordenó el ejercicio horas después del suceso.

Los dos soldados muertos

En concreto, el soldado Carlos León Rico estaba a punto de terminar la instrucción requerida por Defensa para el ingreso en el Ejército de Tierra. Había dejado su carrera de Derecho para incorporarse al Ejército. Ya había culminado las dos primeras fases de formación en el Centro de Formación de Tropa número 1, ubicado en Cáceres, y hacía poco más de mes y medio que había llegado a la Base de Cerro Muriano para completarla en la unidad de destino.

Mientras, el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar estaba casado y esperaba un hijo. Había ingresado en el Ejército en 2011 y tenía dos condecoraciones al mérito tras haber participado en las misiones de Líbano y Letonia.

Los militares están recibiendo atención psicológica y los testigos del siniestro están siendo llamados a declarar dentro de las diligencias previas abiertas por el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba.

La jurisdicción

La Fiscalía Provincial considera que «la jurisdicción militar es la competente para continuar con la investigación» de este caso, según ha comunicado el Ministerio Público en un informe remitido al Juzgado de Instrucción número 4. Al hilo de ello, el Juzgado Togado Militar Territorial número 21, con sede en Sevilla, ha pedido al Juzgado de Instrucción que se inhiba a su favor en este caso. Las familias de ambos militares están personadas en las diligencias.

El abogado del cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar considera que la responsabilidad de los hechos está en los mandos inferiores. El letrado José Antonio Cumplido ha expresado que es «un planteamiento erróneo» centrarse en la cadena de oficiales y ha defendido hacerlo en la de «los suboficiales, el sargento o el teniente que dieron la orden y que eran los que tenían que tener en cuenta que se diesen todos los requisitos de seguridad que no se llevaron a cabo».

Denuncias a distintos mandos

Y el abogado de la familia del soldado Carlos León Rico, Luis Romero, ha presentado denuncia contra el capitán responsable del ejercicio y sus tres superiores inmediatos. El letrado ha informado de que la denuncia se dirige contra dicho capitán, retirado del mando por el Ejército de Tierra a cuenta de los hechos; el teniente coronel inmediatamente superior a él, un coronel y un general, con petición de que todos ellos sean llamados como investigados en el procedimiento judicial.

Las diligencias previas, según el letrado, giran en torno a la supuesta comisión de dos delitos de homicidio imprudente, toda vez que ambos efectivos fallecieron ahogados en un lago de la base, realizando un ejercicio práctico.

Robles pide «máxima transparencia»

La ministra de Defensa, Margarita Robles, en una visita a la base militar de Cerro Muriano, ha trasladado a las familias su «más sentido pésame» y «aliento en estos momentos tan difíciles». Afirmó que se ponen «a su disposición» y «vamos a colaborar con la justicia sin reserva alguna» en la investigación de los hechos, que sigue su curso, y que debe contar con «la máxima transparencia».

Durante su visita, Robles, acompañada de distintos mandos militares, se acercó hasta el lago donde fallecieron ahogados el soldado Carlos León Rico y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, lugar en el que depositó un «ramo de flores en homenaje a los fallecidos», además de dedicarles una «oración» y «un minuto de silencio».

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