El recuerdo a Ana Orantes, la vecina del municipio granadino de Cúllar Vega asesinada el 17 de diciembre de 1997, sigue vivo 26 años después. Orantes fue asesinada por su exmarido tras denunciar en televisión los años de maltrato que había sufrido. Así, en la víspera del 25N, ha protagonizado el acto institucional de la Diputación de Granada.
Su hija, Raquel Orantes, ha sido la encargada de leer el manifiesto oficial de las diputaciones andaluzas con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer a las puertas de la Diputación.
Orantes también ha reconocido que ha dedicado muchos textos a su madre, entre ellas una carta en que expone que, nacida en 1937 en «su calle Elvira» de Granada, podría haber cumplido 86 años este 2023 y que, como «adelantada» a su tiempo y «moderna de la vida», quizá se habría atrevido a cubrir sus canas con «un rosa y un lila», canturreando sus «cancioncillas».
«Leemos este manifiesto con la firme convicción» de que «con voluntad política» y social «lograremos erradicar» la violencia machista, que es «sistémica» y «por todas la Ana Orantes del mundo» y para que no haya «ni una más».
«Quiso aprender porque quería estampar su firma en el DNI» para que no le «emborronaran el dedo con aquella tinta que además de mancharle la piel, le manchaba el alma y su orgullo», ha añadido la hija de Ana Orantes, que siempre quiso «dejar su huella» como un mensaje de «aquí estoy» y «existo aunque me anulen».
El manifiesto hace hincapié en que el número de víctimas asesinadas en lo que va de año ya supera la cifra de 50 mujeres en 2022, «presagio de un fatídico» 2023. También llama la atención sobre «el discurso de odio misógino» que se extiende por Internet, y en las prácticas crecientes de «pornografía de venganza» o «coerción sexual por depredadores».
«La perduración de determinadas tradiciones en la sociedad rural propicia un mayor grado de normalización y dificultad en el reconocimiento de las conductas machistas, lo que limita las denuncias. A ello hay que sumar otros factores como aislamiento y dispersión de los recursos, la ausencia de anonimato, el miedo al estigma, a ser señaladas y culpabilizadas. Todo nos lleva a considerar que, en las zonas rurales, las mujeres víctimas de la violencia de género, tienen mayores dificultades para salir de la violencia y recuperar su vida», agrega.
Un pacto de Estado contra la Violencia de Género «resquebrajado»
A preguntas de los periodistas, Raquel Orantes ha llamado a reforzar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que ha indicado que «está un poco resquebrajado» y hace necesario «volver a unir filas», apostando también por la educación en valores y el apuntalamiento de la sensibilización en las nuevas generaciones.
Ser víctima conlleva «días malos» y «muy malos», ha señalado Orantes, recordando que, en el momento del asesinato de su madre, ella y sus hermanos se sintieron «muy desamparados», sin medios económicos ni psicológicos, y teniendo que oír que un ministro dijera que era «un caso aislado».
Por eso ha llamado a la necesidad de reforzar la protección del entorno de la víctima y que la sociedad les muestre su apoyo, siempre con el «legado», la «memoria» y el «referente» que significa Ana Orantes.
Hija predilecta de la provincia
Por su parte, el presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, ha trasladado a la familia que propondrá que la corporación provincial reconozca como Hija Predilecta a Título Póstumo de la Provincia a Ana Orantes, al objeto de «visibilizar» a una de sus «grandes luchadoras» en los últimos años. Su hija ha señalado que es «un honor inmenso» pues «el único consuelo» que pueden tener es que su «legado» siga «adelante».