Los baños árabes del Albaicín y el Castillo de Moclín entran en la lista roja de la patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
Los baños árabes del Albaicín, los mayores de toda Granada, están datados entre finales del siglo XII principios del siglo XIII, pero dejaron de ejercer su función en 1567, cuando entró en vigor la prohibición de uso de los baños moriscos. El edificio que los albergaba fue vendido y parcelado posteriormente. Y aunque desde 2011 se declararon Bien de Interés Cultural (BIC), no se pueden visitar. En la actualidad se encuentran divididos entre los edificios de la calle del Agua, números 1,5 y 7 así como en el nº8 del Callejón de Almona.
Se encuentran en un pésimo estado de conservación por lo que muchos elementos se han perdido. Por estos motivos, acaban de ser incluidos en la Lista Roja que elabora la
Contaban con diferentes salas: un vestidor, sala fría, templada y caliente. Cada una con una disposición y formas arquitectónicas concretas.
La entrada se encuentra en el patio de la casa núm. 1, donde hay un pequeño aljibe abovedado que conduce al vestidor; tiene dividida su altura por un moderno suelo y apenas quedan restos de los arcos y columnas. Enfrente de la entrada, se abre un arco escarzano que da al área templada o bayt al-wastani; con unas dimensiones de 13 x 7m. Se conserva una de las pilas de inmersión, así como la huella de la otra. Tiene dos espacios porticados con tres arcos de herradura ligeramente apuntados, con columnas reutilizadas y capiteles hispanomusulmanes; los espacios laterales, con bóvedas de cañón, claraboyas estrelladas y octogonales; la que cubría la parte central, ya no existe.
En el lado opuesto se encuentra la sala caliente obayt al-sajun, de 13 x 3’40m, con bóvedas esquifadas y lucernarios; los dos arcos de cada sala son de herradura, con columnas reutilizadas. Uno de sus capiteles de origen califal lleva la inscripción, «…El Imam [‘Abd] Allah, emir de los creyentes… (888-912 J C)». El suelo es de ladrillo, y está hundido por el hipocausto. Estaba conectado por cuatro chimeneas empotradas en los muros. En el frontero a la puerta se abren dos arcos ojivales; uno de ellos da paso a una estancia donde estarían las piscinas para baños templados y el otro comunica con un espacio cuadrado, el cual sirvió también para baños pues se pueden observar rastros del pretil y del caño por donde entraba el agua caliente. El arco central corresponde a la habitación de los hornos, que tuvo techumbre de madera, e inicia un pasadizo con bóveda de cañón sin lucernarios, donde hay una puerta; una vez franqueada, hay una sala cuadrada y una nave con bóveda arqueada.
El Castillo de Moclín
También ha sido incluido en la Lista Roja de Hispania Nostra el castillo de Moclín, en la misma provincia, y que goza asimismo del reconocimiento de BIC.
Tras un proceso de restauración iniciado en 2010, del proyecto tan solo se realizó una primera fase debido al fin del presupuesto con el que se contaba. Esto supuso un paro en las obras quedando escombros y andamios en la propia edificación. Por otro lado, es objeto del ocio nocturno juvenil, provocando un allanamiento del castillo que deja residuos e imperfectos en el mismo. Asimismo, la mayoría de las barandillas se encuentran deterioradas y las zonas del aljibe, alcazaba y cámara mortuoria son de difícil acceso para el visitante. Los pueblos de Moclín se encuentran coronados por esta fortaleza, construida a mediados del siglo XIII para la defensa del Reino Nazarí de Granada. También llamado Hins Al-Muqlin (fortaleza de las dos pupilas). Este surgió como castillo fronterizo entre los reinos de Granada y Castilla, encontrándose continuamente asediado durante el asentamiento hispano-musulmán y cayendo en manos de los Reyes Católicos en julio de 1486.
El castillo de Moclín fue uno de los mejores conservados del periodo nazarí hasta que en la Guerra Civil española fue objeto de bombardeos. El castillo de Moclín destaca por su situación estratégica, cuenta con planta irregular, se adapta al terreno y se levanta en la cumbre más alta del entorno y tiene dos zonas bien diferenciadas.
La primera la constituyen las murallas exteriores, en algunos puntos es la propia roca la que hace de función defensiva, desde donde su puede apreciar las diferentes torres vigías, el castillo de la Mota, Sierra Elvira o la Vega de Granada. La segunda zona se corresponde con la Alcazaba que comunica con la anterior por medio de un camino real. En la entrada, destaca la Torre del Homenaje, la más alta de todas, ubicada en el ángulo nordeste del castillo y desde donde se puede ver Alcalá la Real. Dentro de la alcazaba, en la parte superior de la fortaleza, está el aljibe de grandes dimensiones. La red defensiva del castillo se completa con una serie de torres ópticas que controlan los accesos a la villa-fortaleza.
Actualmente permanecen en pie las atalayas de Mingoandrés, Porqueriza, La Solana y la Torre de la Gallina. En 1931 fue declarado monumento histórico-artístico y es Bien Interés Cultural con la categoría de Monumento.