El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha asegurado que la Junta será «terriblemente beligerante con cualquier momento contra Unicaja». Ha defendido que es la quinta entidad financiera de España gracias a la fusión de cajas de Andalucía y se ha engrandecido en «nuestro territorio». Así se ha expresado este martes a preguntas de los periodistas en el Consejo de Gobierno sobre la posible marcha a Madrid de la sede social de Unicaja.
Este movimiento podría producirse si los consejeros de Liberbank, el bloque astuariano, toman el control de Unicaja Banco en la próxima Junta General de Accionistas. A pesar de estar en minoría, cuenta con el apoyo de cuatro consejeros de la Fundación Unicaja, controlada hasta ahora por Braulio Medel y que decantarían la balanza hacia el bloque asturiano.
Ya se expresó así en noviembre de 2021. No obstante, ha asegurado que el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, ha mantenido reuniones con el PSOE y con la cúpula del banco para abordar la compleja situación. «Bajo ningún concepto lo vamos a permitir que se vacíe de contenido el banco» como está ocurriendo con unidades de trabajo en Ronda o Málaga. utilizar todos los instrumentos para que no se vacíe el banco de contenido». «No estamos dispuestos a tolerarlo» porque «es un ataque a Andalucía»
Moreno Bonilla pide a Calviño que actúe frente a la erosión de Unicaja
En este sentido, el presidente ha pedido a la vicepresidenta económica del Gobierno de España, Nadia Calviño, que actúe tras «ocho meses de turbulencias» de la quinta entidad bancaria de España.
Podcast | Cuando nos quedemos sin banco
Una historia de fusiones
Unicaja nació en 1991 y, desde entonces, se marcó como objetivo capitanear el sistema financiero andaluz. Era la resultante de la unión de cinco cajas andaluzas: las de Ronda, Málaga, Antequera, Almería y Cádiz. Alguna, como la gaditana, llevaba funcionando desde 1884. Y así es como empezó a crecer. En 2004, por ejemplo, ya tenía más de 800 oficinas abiertas en todo el país. En 2010 se le une Caja Jaén y, en 2011, se convierte en banco. Pero los movimientos más importantes de los últimos años han sido la absorción de Ceiss en 2013, la salida a bolsa de 2017 y la fusión con Liberbank a finales de 2021.
Actualmente tiene más de 1300 sucursales y su red de oficinas está mayoritariamente en Andalucía. Aquí tiene tres de cada diez y, por tanto, es donde tiene más personal. Pero, sin embargo, es en Madrid donde más negocio concentra, con una actividad de más de 37.000 millones de euros de un total de 77.000.
Con todo, la última fusión supuso el despido de muchos trabajadores. De más del 10% de su plantilla. El grupo financiero tenía a finales de año casi 10.000 empleados y quiere dar de baja a 2700 de ellos: 1500 a través de un expediente de regulación de empleo y 1200 mediante prejubilaciones. Además, prevé cerrar cientos de oficinas en los próximos meses, lo que podría contribuir a las consecuencias de un traslado de Unicaja.
Comodidad frente a necesidades
«Perder la sede central de una gran empresa tiene bastantes connotaciones, porque los bancos son nodos importantes en la malla de relaciones productivas, es decir, en el tejido productivo de una comunidad autónoma», explica Joaquín Aurioles, doctor en Ciencias Económicas y miembro de la Junta Directiva del Observatorio Económico de Andalucía. «Los bancos son nodos en torno a los cuales se desarrollan relaciones complejas, intensas y muy relevantes, porque crean capital humano en un segmento de mercado que es muy especial -básicamente, especialistas financieros- y porque las empresas centrales alojan a directivos, a auditores, a expertos en operaciones complejas, en créditos sindicados, en operaciones con moneda extranjera, prestan servicios de estudio, crean capital social, agencias especializadas…».
«Andalucía pierde una pieza importante del tejido de relaciones productivas si se va Unicaja», mantiene. En un traslado que no es imprescindible. «No creo que tenga que tener su sede en Madrid», argumenta para el último programa del podcast Hablando en Andaluz. «La sede de la entidad financiera tiene que reunir una serie de características, como estar en un entorno tecnológicamente avanzado, con un capital humano relativamente abundante, con buenas universidades, bien comunicado… Y esas características se dan en Andalucía».
«Tiendo a pensar que es la comodidad personal de los dirigentes de las entidades financieras, con vínculos más o menos estrechos con Madrid, la que motiva este tipo de decisiones», añade en referencia a las consecuencias sobre un posible traslado de Unicaja. «Quizá, también, algún tipo de relación política que a mí se me escapa».
Especulación o cuando el río suena…
«El ruido que viene rodeando el funcionamiento de Unicaja en estos últimos tiempos no favorece a la imagen de la entidad. Una entidad que es fundamental no solo en el ámbito local o en el automático, sino en el conjunto del sistema financiero español», mantenía la vicepresidente tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, a finales de enero de este año.
Es cierto que no es el único banco que queda en Andalucía. Los hay que operan en otro segmento, como el de las cooperativas, pero Unicaja sí que es el más grande de todos. «El sistema financiero andaluz era relativamente denso», recuerda Joaquín Aurioles. «Era relativamente sólido y ha ido poco a poco desapareciendo. Su lugar lo han ocupado entidades que venían de otro lugar».
Pero, con todo, Unicaja insiste en que todo es especulación y se reafirma en un compromiso territorial con Málaga. «La ubicación de la sede en Málaga y el mantenimiento del nombre de Unicaja están firmemente recogidos en el proyecto de fusión y los Estatutos de Unicaja Banco», sostiene la entidad en una nota de prensa en referencia a las consecuencias sobre su posible traslado. «Carece de la más mínima base la especulación, absolutamente gratuita, de que la sede social de Unicaja Banco podría cambiar de lugar».