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El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla, advierte de las lesiones más comunes que sufren nazarenos y costaleros durante las estaciones de penitencia de sus hermandades en la Semana Santa. Entre ellas, destacan la fascitis plantar, la tendinitis de cadera y rodilla o contracturas de los trapecios. Los golpes de calor también son muy frecuentes entre los costaleros, debido a que se concentra en un reducido espacio un gran número de personas trabajando con esfuerzo debajo de un paso.
Según el jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, las lesiones más comunes en costaleros son aquellas relacionadas con la columna vertebral, tanto a nivel cervical, donde recae todo el peso de la trabajadera, como a nivel lumbar, por los grandes esfuerzos que hacen en cada ‘levantá’ y los kilos que deben soportar durante tantas horas.
En cuanto a los nazarenos, el traumatólogo indica que las lesiones suelen estar más relacionadas con los miembros inferiores, debido a las largas horas que han de pasar de pie y en la mayoría de las veces con calzados que no suelen ser los idóneos desde el punto de vista biomecánico. Asimismo, debido al peso del cirio o la cruz que portan, apunta que los miembros superiores también sufren grandes cargas de trabajo. Por lo tanto, lesiones como fascitis plantares, tendinitis de cadera y rodilla a nivel de miembros inferiores, así como tendinopatías del manguito de los rotadores, contracturas de los trapecios y lesiones de muñecas suelen ser habituales.
Para prevenir estas lesiones, el doctor Abraham García Mendoza recomienda ejercicios de estiramiento antes y después de meterse en el paso, así como la utilización de dispositivos ortoprotésicos que ayuden a proteger columna, rodillas, muñecas, entre otras; sobre todo en aquellos que presenten lesiones previas a la realización de la estación de penitencia. «Por ejemplo, el uso de fajas lumbares es casi un fijo entre todos los costaleros», precisa.
En este sentido, incide en que la preparación física de un costalero debe ser muy parecida a la de un deportista de élite. «No vale con prepararse unos días antes de la salida en procesión. Debería ser una preparación de todo el año para mantener un buen estado general y un estado físico formidable», subraya el traumatólogo García Mendoza, quien destaca «los grandes esfuerzos físicos que realizan durante tantas horas y a temperaturas tan altas, trabajando frecuentemente en deuda de oxígeno debajo de los faldones». «Tener potenciado el core, para dar estabilidad al cuerpo, así como cuádriceps y gemelos debe ser una prioridad para los costaleros, así como llevar una dieta saludable rica en carbohidratos», explica.
«Debería ser obligatoria una revisión médica general para evitar que posibles lesiones no tratadas, que pasan desapercibidas, puedan ir a más, al tiempo que el médico pueda valorar la necesidad de visitar a distintos especialistas como traumatólogos o fisioterapeutas», concluye el jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa