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Los niños pueden presentar alteraciones en la alimentación, la autonomía personal y la motricidad gruesa y fina por el confinamiento del Covid-19. El centro pediátrico andaluz IHP está realizando también la terapia ocupacional para mejorar la autoestima y el desarrollo óptimo de niños que padecen trastornos del espectro autista (TEA).
Especialistas en terapia ocupacional (TO) de Grupo IHP han detectado una disminución en las habilidades cotidianas relacionadas con el campo sensorial y social de niños que nacieron o crecieron durante el confinamiento. Según los expertos, esto se debe a que el confinamiento que vivieron los menores durante la pandemia de la Covid-19 en 2020 los privó de realizar actividades al aire libre y del contacto con otros niños.
Tal y como ha detallado Carlos Cacho Barbado, terapeuta ocupacional de Grupo IHP, existen niños que presentan un rechazo desproporcionado a mancharse las manos. Es un síntoma asociado al mismo tiempo con alteraciones en la ingesta y en la rutina relacionada con la alimentación diaria.
«Los niños de uno a tres años, además, podrían presentar mayor dificultad para relacionarse y jugar con otros niños. Y en los mayores de tres años puede observarse un desfase en aptitudes de autonomía personal o de motricidad gruesa, como el movimiento de brazos y piernas. Y de motricidad fina, que suelen identificarse en el colegio, como el movimiento de los dedos al dibujar o escribir», ha afirmado el experto.
La nueva especialidad de terapia ocupacional en el centro pediátrico andaluz pretende revertir esta situación. Los expertos evalúan las circunstancias y necesidades de cada niño, analizan sus sistemas sensoriales, motores y cognitivos y proponen un plan de tratamiento a las familias para realizar en entornos favorables, tanto en consulta como en casa o en espacios externos.
Terapia ocupacional en el tratamiento de niños con TEA
Asimismo, la terapia ocupacional ha supuesto un avance en el diagnóstico y el tratamiento de niños que padecen trastornos del espectro autista (TEA). La participación de los menores en este tipo de terapias ha demostrado que mejora la autoestima y aumenta la seguridad en las tareas cotidianas. Entre las que están la alimentación, el juego o el control de esfínteres, lo que ayuda al desarrollo óptimo de los niños con TEA.
«Las principales herramientas que aporta la terapia ocupacional son la modulación o regulación del nivel de alerta. Es decir, mantener al niño más centrado y conectado con la actividad. Con el objetivo de fomentar una participación efectiva en acciones comunes, funcionalidad en el juego, mejor procesamiento sensorial, adaptación de los entornos, etc». Ha expresado Carlos Cacho Barbado.
Además, por parte de las familias, el terapeuta ha manifestado que se observa una reducción del nivel de ansiedad. Favoreciendo la comprensión del trastorno y la adquisición de herramientas para el día a día que facilitan la vida familiar en casa.
La incorporación de la terapia ocupacional a las especialidades ofrecidas por Grupo IHP ha supuesto un avance asistencial en el diagnóstico y tratamiento de trastornos y alteraciones sensoriales, así como en problemas del desarrollo psicomotor. También, es recomendable en caso de dificultad de aprendizaje, déficit de atención o hiperactividad. Así como para aquellos niños con trastornos genéticos, como síndrome de Down, y del espectro autista (TEA). Además, es un tipo de terapia aconsejable en casos de parálisis cerebral.
El centro pediátrico andaluz desarrolla la terapia ocupacional de manera personalizada atendiendo a las circunstancias tanto del menor como de sus familias y adaptando el proceso a la vida diaria y el entorno para que el niño pueda lograr una mayor independencia y participación.