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La Junta de Andalucía quiere supervisar el gasto farmacéutico. La Consejería de Salud y Consumo, a través del Servicio Andaluz de Salud (SAS), ha puesto en marcha en los últimos meses una serie de medidas para contenerlo que ya están dando resultados, Así, según el Gobierno andaluz, se espera obtener un ahorro anual de más de 50 millones de euros.
Medidas para controlar el gasto farmacéutico
Entre las medias emprendidas por el SAS destacan las encaminadas a contener el uso de medicamentos que puedan provocar un impacto negativo en la salud de la ciudadanía.
Así, se está realizando un seguimiento de pacientes crónicos polimedicados para evitar un elevado número de medicamentos prescritos, que pueden ser innecesarios, inadecuados, y que, además, pueden provocar efectos adversos. Para el abordaje de dichos pacientes, se ha definido un circuito de revisión que incluye un equipo multidisciplinar de profesionales para el examen de la medicación prescrita. En el período enero-julio de 2022 se han anulado 356.732 prescripciones a estos pacientes.
También, se ha introducido una ayuda a la prescripción en el sistema de receta electrónica que alerta al médico en aquellos pacientes con 15 o más prescripciones y de la posibilidad de cumplimentar un informe de revisión. Por todo ello, se ha introducido además una hoja de instrucciones al paciente de conciliación de su tratamiento para ayudarle en la comprensión de los tratamientos farmacológicos prescritos.
Advertencia a los profesionales del SAS
Por otro lado, como medida de seguridad del paciente y para el gasto farmacéutico, se ha habilitado en 2022 la funcionalidad de la anulación cautelar para los profesionales farmacéuticos del SAS. Esta funcionalidad hasta ahora sólo la tenían los farmacéuticos del ámbito de oficina de farmacia y su finalidad es que, ante cualquier sospecha relacionada con la seguridad del paciente, el farmacéutico pueda anular cautelarmente una prescripción en receta electrónica.
Por otro lado, se está elaborando una guía farmacoterapéutica de referencia para la prescripción en receta en la sanidad pública con la participación de todas las sociedades científicas médicas y farmacéuticas de Atención Primaria, con mayor implicación en las prescripciones que sirva de referencia para el ámbito de la atención primaria.
Ya se han elaborado 10 capítulos de esta guía, que incluyen factores de riesgo, medidas preventivas y no farmacológicas, medidas farmacológicas, deprescripción y consideraciones para pacientes en centros sociosanitarios, para el abordaje de la insuficiencia cardíaca, acné, hiperuricemia, hipertensión, el dolor crónico primario, cuidados paliativos, utilización de suplementos de vitamina D, diabetes Mellitus tipo 2, Covid-19 y depresión.
Igualmente, se han elaborado documentos de consenso con recomendaciones para el uso racional del medicamento en el tratamiento farmacológico de las enfermedades más prevalentes, como son las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas (artrosis, osteoporosis y fibromialgia), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la depresión, el riesgo cardiovascular y las enfermedades cardíacas (ictus, dislipemias y anticoagulación oral) y diabetes mellitus tipo 2.
Formación
En cuanto a formación que pueda ayudar a controlar el gasto farmacéutico, se está capacitando a los profesionales en la línea estratégica Abordaje multidisciplinar del paciente pluripatológico desde el punto de vista del uso racional del medicamento por médicos, enfermeros y farmacéuticos con cursos de contenidos generales y otros específicos de las enfermedades más prevalentes. Estos cursos han sido impartidos a 7777 profesionales del SAS durante 2021.
Asimismo, con el objetivo de que todas las actuaciones de uso racional de los medicamentos (URM), que se están llevando a cabo por el SAS, sean visibles por los profesionales del SSPA y por los ciudadanos, se ha creado dentro de la Web del Servicio Andaluz de Salud una Web específica del URM. Desde enero de 2021 a abril de 2022 se han registrado un total de 77.094 visitas.
Visado de recetas
Otra medida en la línea del ahorro del gasto farmacéutico ha sido la publicación de una nueva Resolución sobre visado de recetas (control sanitario previo a la dispensación de determinados medicamentos), en el que, a partir de enero de 2022, se responsabiliza del mismo a los servicios de farmacia de atención primaria y hospitalaria y se establecen protocolos para mejorar el control. El impacto de esta medida en 2022 se estima en 14 millones de euros.
Respecto a los productos dietéticos, el SAS ha firmado un Convenio con la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Productos de Nutrición Enteral (AENE) y el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, mediante el que las empresas de estos productos se comprometen a realizar unas aportaciones económicas al SAS (19,89% sobre factura a P.V.L.), a partir de enero de 2022. El ahorro por esta medida en 2022 es de 11 millones de euros.
Además, se ha puesto en marcha una campaña de educación al paciente sobre Benzodiazepinas, que se llama ‘Benzostopjuntos’ que consiste en una intervención formativa multidisciplinar médico-enfermero-farmacéutico SAS y comunitario para conseguir la deshabituación voluntaria de pacientes a estos medicamentos. La campaña se basa en la atención centrada en la persona, en ofrecer otras alternativas.
Atención primaria y hospitales
También, se está promoviendo que los prescriptores de atención primaria y hospitalaria, de entre los medicamentos biológicos, seleccionen aquellos que son biosimilares, debido a que el precio suele ser más bajo que el de los biológicos originales, al igual que ya viene ocurriendo, desde hace años, con los medicamentos genéricos. El ahorro por esta medida desde su inicio en 2022 hasta julio de 2022 ha sido de 8,32 millones de euros.
Por último, con fecha 15 de junio de 2022, se ha firmado un nuevo Convenio entre el SAS y el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, en el que, entre otros aspectos, se ha acordado un nuevo descuento por los absorbentes de incontinencia urinaria y la colaboración de las oficinas de farmacia para evitar dispensaciones indebidas, por posibles errores en la prescripción de medicamento de pautas no habituales (mensual, semestral…). El impacto anual de esta medida es de unos 5 millones de euros.
Sin influencia del fin de las subastas
Los gastos sobre el consumo en prestación farmacéutica que se publican periódicamente por las distintas administraciones, se refieren a las dispensaciones de medicamentos y productos sanitarios, incluidos en la prestación farmacéutica, y facturados por las oficinas de farmacia, y en ellos, en el caso de Andalucía, nunca han estado descontados los ingresos que han realizado los laboratorios, en concepto de mejoras económicas por los medicamentos que se le han seleccionado en las convocatorias.
Dichos ingresos, conforme a los convenios firmados con los laboratorios, se han realizado directamente a la Hacienda Pública Andaluza. Por tanto, en ningún momento han influido en los datos publicados sobre evolución del consumo farmacéutico. Desde el fin de las conocidas como subastas de medicamentos en Andalucía, como en el resto de España y conforme a la legislación estatal vigente, el médico prescribe el medicamento que considere oportuno, y si la prescripción la realiza por principio activo, el farmacéutico, como profesional del medicamento y cercano al paciente, elige la marca comercial más conveniente que cumpla los requisitos de la prescripción.
El principal problema de las subastas era que, al seleccionar un solo medicamento, en la mayoría en los casos para todo el territorio andaluz, ha habido muchos desabastecimientos de los seleccionados, por lo que el farmacéutico se ha visto obligado a sustituir por otro medicamento, con los problemas de falta de adherencia para el paciente que ello ha conllevado. Los datos apuntan a que, desde el fin de la subasta, se han reducido los desabastecimientos un 48%.
Al no producirse desabastecimientos, mejora la continuidad en el tratamiento por parte de los pacientes ya que no tienen que cambiar de fármaco por falta de stock y se evitan errores de medicación.