En Andalucía, con una tendencia descendente en los últimos 20 años, la tasa de incidencia de tuberculosis en 2021 fue de 6,65 por 100.000 habitantes. Con estos datos, la comunidad autónoma alcanza el objetivo de reducción previsto por el Plan para la Prevención y Control de la Tuberculosis en España, que pretende reducir entre 15-25% la tasa de incidencia de esta enfermedad, hasta alcanzar una tasa entre 9 y 7,9 casos por 100.000 habitantes.
En el Día Internacional de la Tuberculosis, una campaña de la Organización Mundial de la Salud se recuerda la importancia de invertir dinero en la investigación y el tratamiento de esta enfermedad. Al contrario que en Andalucía la tuberculosis, nivel internacional, se ha visto muy afectada por la pandemia del covid. Se han incrementado las muertes por tuberculosis por primera vez en más de una década, al haber retrasado los diagnósticos y tratamientos, y disminuido los recursos dedicados a los servicios sanitarios esenciales para la tuberculosis, por lo que el lema de este año recuerda la necesidad de invertir de nuevo para revertir el impacto de la pandemia.
La pandemia por SARS-CoV2 ha incrementado las desigualdades en salud, profundizando las ya existentes y sufridas por las poblaciones más vulnerables de nuestra sociedad, incrementado el riesgo de sufrir tuberculosis en las personas de entornos vinculados a la pobreza y exclusión social.
Poner fin a la tuberculosis
La tuberculosis fue declarada emergencia de salud pública en el año 1993 por la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud y, desde entonces, los esfuerzos internacionales no han cesado para avanzar en el control de la enfermedad.
A nivel internacional, la Estrategia ‘Poner Fin a la Tuberculosis’ tiene como objetivo acabar con la epidemia mundial de esta enfermedad, reduciendo el número de muertes en un 95% y la tasa de incidencia en un 90% entre 2015 y 2035, y consiguiendo que ninguna familia tengan que hacer frente a gastos excesivos debido a la tuberculosis. La Estrategia fue adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014.