La elección de cada Estado miembro de continuar, o no, con el cambio de hora dos veces al año en la UE se truncó con la crisis del covid19 como muchas otras cosas. A poco más de 24 horas de volver a atrasar las manillas del reloj para entrar en el horario de invierno, el debate sobre si tal modificación de rutina es beneficioso para la salud y el ahorro energético vuelve a estar sobre la mesa. Desde 1980 esta práctica reina en todos los países de la UE, quienes deben cambiar al horario de verano el último domingo de marzo, y de vuelta al horario estándar el último domingo de octubre. En 2024, en la madrugada de este domingo 27 de octubre.

La Comisión Europea en 2018 anunció su intención de eliminar los cambios de hora, propuesta que se llevó a Consulta Pública y se aprobó en el Parlamento Europeo para que entrara en vigor lo más tardar en 2021 en toda la Unión. Tras una pandemia, tal asunto ha quedó suspendido, pero podría retomarse en cualquier momento y encontrarnos ante los últimos bailes del tic tac que descoloca un poco el ritmo vital tanto en otoño, como en primavera.

Acabar con el cambio de hora: una petición popular

En respuesta a iniciativas ciudadanas, en febrero de 2018 el Parlamento Europeo pidió a la Comisión que evaluara la conveniencia de mantener el cambio de horario y que, en función de sus conclusiones, propusiera una revisión de la directiva vigente. La Comisión efectuó una evaluación, que recibió 4,6 millones de respuestas, el 84% favorables a suprimir el cambio, y a continuación presentó una propuesta legislativa. Un respaldo popular polémico ya que la participación de 4,6 millones de europeos, teniendo en cuenta que somos casi 500 en toda la UE, fue muy escasa, aunque claramente favorable a la abolición del mareo horario.

En la primavera de 2019, la Eurocámara se decantó por cesar el cambio de hora a partir de marzo de 2021. Un texto que fue aprobado con 410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones a falta de su definitiva ratificación en el Consejo con posiciones aún por definir. Así, en marzo de 2021 habría sido la última vez que se cambiase el horario para quienes se hubiesen querido quedar en el horario de verano, y en octubre de ese mismo año aquellos que hubiesen preferido el horario de invierno.

El covid19 priorizó otros tantos asuntos en la UE y desde entonces, solo nos acordamos de la idoneidad o no de mover las manillas del reloj en primavera y otoño. Mientras, las quejas por dormir más o menos, según la época del año, siguen siendo conversación de bar en toda Europa.

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