Imagen del Parlamento Europeo en Bruselas durante las elecciones europeas / EA
Imagen del Parlamento Europeo en Bruselas durante las elecciones europeas / EA

La escasa participación en las elecciones europeas del pasado 9J vuelve a poner sobre la mesa la legitimidad de la formación del Parlamento Europeo. A pesar de que los datos deben compararse con la última cita comunitaria en solitario (2014), ya que en 2019 en España coincidió la fecha con elecciones municipales y autonómicas, los números son preocupantes en pleno auge de la extrema derecha en toda una UE que resiste en términos globales en el terreno del consenso entre populares, liberales y socialdemócratas.

La participación en España, Andalucía y Europa ha subido levemente con respecto a 2014; a nivel nacional se ha pasado de un 46% a un 49%, en Andalucía de un 43% a un 45,29% y en la UE de un 43% a un 51%. Un respiro para organizadores de campaña europeas que no deja de denotar desafección y desinterés de la población en general con respecto a los asuntos de la Unión que nos afecta a todos. En concreto, en más del 50% de las leyes que rigen nuestras vidas en España.

Resultados: elecciones europeas en Andalucía

El PP ha ganado por primera vez una cita europea en Andalucía obteniendo el 37,86% de los votos. Seguido por el PSOE con un 32,16%. Vox se ha consolidado como tercera fuerza política con un 10,91% de los votantes y, lo más sorprendente de estos comicios en la Comunidad, es la irrupción de Se Acabó la Fiesta con el 6,21% de las papeletas. Así, queda por delante de fuerzas de izquierda como Sumar (que ha recibido 148.120 votos) y Podemos (con 81.305 sufragios en esta Autonomía).

En la irrelevancia representativa queda la coalición andalucista Ahora Andalucía con el 0,66% de los votos, es decir, 19.440. Por debajo de PACMA o Ciudadanos, sin conseguir escaño en Europa.

La esperanza clásica del consenso del proyecto europeo

Aunque asusta cómo en Austria, Hungría, Países Bajos, Italia, Francia o Alemania los discursos simplistas contra la inmigración, el proyecto europeo o la posición en la Guerra de Ucrania han alcanzado un éxito electoral alarmante con dimisiones de presidentes y primeros ministros en Holanda y Francia, la mayoría parlamentaria sigue estando en manos de los tres grandes partidos europeístas en el PE: populares (186), socialdemócratas (135) y liberales (79).

La aritmética más sencilla da una mayoría absoluta al acuerdo entre estas grandes tres familias europeas que deben decantarse entre poner una línea roja a la derecha de los populares, o contar con apoyos puntuales de los verdes y la izquierda ya que ambos extremos del arco parlamentario han anunciado estar condenados a no entenderse. Por tanto, solo queda la esperanza de la voluntad de consenso que siempre ha reinado entre los que suman actualmente 401 escaños que, muy probablemente, otorguen la presidencia de la Comisión Europea a la candidata a revalidar su cargo, Ursula von der Leyen.

La extrema derecha cala en las elecciones europeas

Sin embargo, partidos de extrema derecha que ahora reclaman un centro derecha como ha ocurrido con Los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, han crecido sensiblemente engrosando el Partido de Conservadores y Reformistas en la Eurocámara, pasando de 69 a 73 eurodiputados. Familia política en la que se encuentra Vox que ha sumado 3 escaños más con un total de 6 asientos.

Identidad y Democracia es el otro partido europeo aún más extremo en el PE que ha visto crecer sus filas en 9 escaños, pasando de 49 a 58. En esta familia euroescéptica se encuentra la Liga de Salvini, la Agrupación Nacional de Le Pen, o Alternativa por Alemania. Estos dos últimos auténticos terremotos en Francia y Alemania donde son la primera y segunda fuerza respectivamente. Razón por la que, en el caso galo, se han adelantado elecciones nacionales para final de junio.

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