Imagen de los participantes en el Debate de Canal Sur para las elecciones europeas del 9J / Canal Sur
Imagen de los participantes en el Debate de Canal Sur para las elecciones europeas del 9J / Canal Sur

En la recta final de la campaña para las elecciones europeas del 9 de junio, seis candidatos de diversos partidos políticos han defendido en la noche de este lunes las que, en teoría, son las propuestas de sus siglas para hacer política en la Unión para los próximos cinco años. Hojas de ruta en clave, básicamente nacional, que poco o nada han mostrado el trabajo de los eurodiputados y sí los descarados reproches nacionales y autonómicos.

Dividido por bloques temáticos, cuyos títulos han debido recordar en varias ocasiones los moderadores, los candidatos de los comicios del domingo han hablado muy superficialmente de Andalucía en la UE, Economía y Políticas Sociales, y de los Desafíos de Europa. Lina Gálvez (PSOE), Carmen Crespo (PP), Javier Nart (Ciudadanos), Rodrigo Alonso (Vox), Manu Pineda (Sumar) y Diego Cañamero (Podemos) se han centrado en la PAC y la guerra de Ucrania, con demasiadas referencias a la política en casa.

La PAC en las elecciones europeas

En este apartado todos los candidatos se han detenido expresamente para explicar que es necesaria una Política Agraria Común que piense en el pequeño y mediano agricultor, en lugar de en grandes productores. Además, la eliminación de la carga burocrática que actualmente sufren los agricultores ha sido otro aspecto en el que se ha estado de acuerdo. A partir de ahí, especialmente PSOE y PP se han intercambiado una serie de recriminaciones que solo el candidato de Ciudadanos ha recalcado dirigiéndose a la audiencia para indicar que «esto no es Europa, en la UE se busca el consenso. Esto son miserias y espectáculo que vemos en el Congreso de los Diputados. No en Bruselas».

Las cláusulas espejo, la exigencia de pedir los estándares de calidad y cuidado del medio ambiente «tanto a los productos UE, como a los de fuera para acabar con la competencia desleal» ha regalado unos instantes de comunión entre todos los partidos, a excepción de Vox. La extrema derecha afirma que «el Pacto Verde europeo es una criminalización de los sectores primarios para llevar su producción a países donde se contamina más y se paga menos». Un plan europeo por el agua para combatir la sequía también ha sido un punto de refugio dialéctico entre todos, a excepción de Vox.

Economía y política fiscal

Según Vox, toda la culpa es de Europa; «los problemas del precio de la compra, vivienda o impuestos deben acabar. Pagamos muchos impuestos y tenemos peores servicios públicos, esto no es sostenible. La inmigración ilegal deteriora el sistema de servicios públicos».
Al respecto, Sumar ha insistido en que «necesitamos que los que más tienen paguen más. Sanidad y vivienda, dos emergencias. Proponemos un parque de vivienda con un 25% libre de especuladores.

Ciudadanos ha subrayado la importancia de la educación. «Bruselas está pidiendo a España 1500 empleos con capacidad tecnológica porque no tenemos jóvenes con una cualificación adecuada al mercado de trabajo». Con respecto a la carga impositiva, «España debe aplicar la directiva por la que las grandes empresas deben pagar, al menos, un 15% en tasas, para que no sea el ciudadano el que siempre salga perdiendo».

Impuestos, terreno de barro

Podemos apuesta por invertir en servicios públicos y no destinar dinero en armas como fórmula para la cohesión territorial en el mundo rural. El PP, por su parte, ha incidido en que existen demasiados impuestos que «perjudican a la emancipación de los jóvenes. Démosles una formación profesional dual homologada en toda la UE».

El PSOE por su parte ha reivindicado la inversión de los fondos Next Generation como forma de afrontar, mediante deuda mancomunada, las crisis del covid. «Bases para la transformación digital y verde frente al modelo austericida de la derecha y la extrema derecha». A lo que ha añadido que Europa necesita un instrumento permanente de fiscalidad progresiva para abarcar todos los frentes.

Los Desafíos de la UE en elecciones europeas

La Guerra de Ucrania ha dividido a los partidos en grandes bloques; aquellos que se decantan por el diálogo y la diplomacia (Sumar y Podemos), y aquellos que apelan a la legítima defensa (Ciudadanos, PP y PSOE). Vox, una vez más, caminando por los cerros de Úbeda, ha señalado a la inmigración como la causa de todos los males.

Ciudadanos ha levantado la mano expresamente para reforzar la idea de que «cuando la diplomacia falla, hay que defenderse. Rusia ha incumplido los acuerdos de Helsinki y Budapest. Se ha saltado por completo el derecho internacional. Hay que ser realistas y no metafísicos».

Desde el PSOE se ha referido al reconocimiento del Estado de Palestina como parte de la solución de la guerra de Gaza, y Sumar ha ido un poco más allá: «hay que cortar toda relación con Israel, es la única manera».

Minuto final

En la mayoría de bloques, apenas ha habido problemas de tiempo porque parecía que los candidatos careciesen de contenido para agotar sus minutos. Eso sí, en el minuto final, se ha renacionalizado el discurso.

Vox opina que Marruecos es una amenaza y que hay que acabar con las ayudas que suponen «una amenaza para los agricultores». El PP ha prometido «que Europa parará la Ley de Amnistía vendida por siete votos». Podemos ha cantado a la paz como derecho elemental de cualquier ser humano y el PSOE pide el voto para ahondar en una Europa «más feminista, social, verde y justa».

Ciudadanos, sin embargo, sin hacer especial mención al partido naranja, ha pedido que los electores reflexionen sobre «si todos los fondos europeos destinados a España han revertido o no en mejorar sus vidas», porque si no es así, quizás hay otra forma. Asimismo, ha colocado al hito de la «autonomía energética» como base para el futuro de la UE «si queremos ser algo más que un escaparate bonito cultural entre China y EEUU». Sumar sigue creyendo en la paz, en la solidaridad y en la lucha «contra las nuevas formas de esclavismo».

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