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El cabeza de lista de Ahora Andalucía, Javier García Fernández, estima que es una anomalía política carecer de representantes andalucistas en las diversas administraciones por lo que aboga por una Europa en la que las regiones tengan cada vez más peso en un sistema confederal.
Desde una visión nacionalista amplia y progresista que se inspira en Blas Infante, aprende del Partido Andalucista extinto y se encuentra en la tercera oleada del andalucismo. Ahora Andalucía aspira a recuperar un espacio que nunca debió ser obviado. Un sitio en el que se reconozcan diversas sensibilidades políticas en un arco donde tienen cabida votantes liberales, de centro y de izquierda. Una propuesta, según ha contado para EnAndaluz.es, García, «que ponga en el centro las necesidades de esta nación frontera de Europa. Principio y fin del continente».
P: ¿Cuál es el mensaje principal que lanza Ahora Andalucía a su electorado potencial?
R: Somos la única candidatura andaluza con andaluces en los primeros puestos de la lista. Estamos infrarrepresentados en el conjunto del Estado español y fuera del juego político. Actualmente, los representantes andaluces obedecen a los intereses de los partidos estatales y necesitamos una voz propia. Existe una mayoría social que echa de menos una fuerza andalucista para orientar la política hacia las inquietudes en Andalucía.
«Seguimos siendo una región en transición, subdesarrollada y pobre basada en la extracción de recursos sociales y productivos por parte del Estado español y el capitalismo europeo»
Javier García
Se trata de una democracia local que trabaje por la economía desde abajo. El andalucismo de la vida cotidiana, no solo de discursos y símbolos. Estamos fuera del contrato social y necesitamos cuidar de nuestro sector productivo, de las infraestructuras y, por supuesto, de los servicios públicos que padecen un empobrecimiento como no se ha visto en décadas.
P: ¿A qué gran familia política se sumaría Ahora Andalucía?
R: A la Alianza Libre Europea que comparte espacio en el Parlamento Europeo con Los Verdes. Ahora Andalucía es parte de la tradición del andalucismo político. Vamos a compartir espacio con otros partidos como el BNG o ERC porque también reivindicaremos derechos regionalistas. Nunca renunciamos a dicho hermanamiento porque entendemos los regionalismos como parte de la democratización. Queremos decidir en la UE sin complejos sobre nuestras propias ciudades, si queremos o no seguir siendo un cementerio nuclear, si optamos por el uso del agua para campos de golf o para consumo humano, o si nos decantamos por una energía fotovoltaica que perjudique a la sociedad andaluza o beneficie a la sociedad en su conjunto. La autodeterminación es elegir nuestro propio futuro.
Andalucía es el principio y el final de Europa. Formamos parte de la UE alimentando a gran parte del continente, fabricando con nuestros obreros en Alemania o sirviendo copas en Reino Unido (antes del Brexit). Pero también somos Europa culturalmente hablando: Machado, Picasso, Cernuda. Practicamos una mirada muy universal del mundo, no somos un localismo.
P: ¿Cómo encaja el nacionalismo andaluz en la UE?
R: Defendemos un confederalismo democrático de representación de las regiones, en nuestro caso nacionalidad, en Europa. Somos un país infrarrepresentado en el concierto europeo en términos de pesca, ganadería, o infraestructuras, entre otros muchos aspectos. El modelo al que apelamos es aquel en el que las regiones tengan más peso.
Ahora Andalucía nace en la tercera ola del andalucismo. Un proceso de reconfiguración del andalucismo político que se nutre de la obra de Blas Infante y de otros muchos brazos políticos como el Partido Andalucista (PA). Desde 2015 no hay representación política andaluza, por lo que estamos absolutamente infrarrepresentados. Toda una anomalía política. Ahora Andalucía propone una vía amplia. Un espacio progresista desde el centro liberal hasta la izquierda, que se identifica con el feminismo o el ecologismo, entre otros principios transversales. Vamos a por buenos resultados, ahora mismo no estamos pensando en cifras concretas.
P: ¿Cuál es la posición de vuestro partido en los conflictos armados de Palestina y Ucrania?
R: Sobre Ucrania consideramos que se trata de una guerra que solo beneficia a los intereses norteamericanos y perjudica a los europeos. Véase la subida del coste de vida en casi todo. Aquí siempre ha habido una importante oposición a las bases estadounidenses usadas en otras guerras. Esta batalla solo se ganará con diplomacia y paz y no con una expansión de la OTAN hacia el este que merma los derechos de la población civil.
En lo que respecta a Palestina, Europa tiene algo que decir como parte de la humanidad porque estamos ante la destrucción de la humanidad entre dos partes del mundo. La UE nace y es un proyecto con vocación de paz, de encuentro. Andalucía es reflejo de eso por ser tierra de fronteras.
P: ¿Cuáles son las propuestas para alcanzar una Política Agraria Común en consonancia con las peticiones del campo?
R: Vamos a proponer una Ley Integral de la agricultura familiar. La actual PAC solo beneficia a terratenientes y grandes productores. Esta normativa se centraría en los pequeños propietarios, quienes generan arraigo al territorio y lo articulan, así como en la economía local. Asimismo, los trabajadores del campo no pueden pasar hambre como sucede en lugares como Almería o Huelva, por lo que lucharíamos por la gestión de un sello europeo que garantice que los productores cumplen con el derecho del trabajo con un salario mínimo decente.
Igualmente, esta Ley Integral se dirigiría a los consumidores priorizando la adquisición de alimentos de kilómetro cero para acabar con el estatus de colonia interna que somos Andalucía para España y para la UE. Actualmente, el modelo de producción agrícola es extraccionista, pensados para la exportación, y debemos diversificar cultivos y facilitar alimentos de primera necesidad a nuestra población que, en ocasiones, pasa hambre.
«Somos actualmente un apartheid hídrico y social».
Javier García
P: ¿Cómo combatiríais el cambio climático?
R: Poniendo a la gente en el centro. El actual modelo económico destruye la vida, los recursos y la sociedad. Apostamos por una economía ecosocial con una política del agua para la gente, pidiendo más refugios climáticos, piscinas públicas y protección del medio natural, entre otros asuntos. Somos actualmente un apartheid hídrico y social. El turismo que practicamos es de masas, los campos de golf son insostenibles en detrimento del consumo humano del agua. Somos una tierra perdedora de este sistema económico y hay que reformularlo desde las personas y la naturaleza.
Seguimos siendo una región en transición, subdesarrollada y pobre basada en la extracción de recursos sociales y productivos por parte del Estado español y el capitalismo europeo. Por mucha financiación y fondos que recibamos, solo si se cambia la estructura económica, podrá cambiar nuestro estatus de colonia. Somos una zona de sacrificio para los intereses de otros territorios con una representación mucho más fuerte e intensa capaz de doblegar los intereses del Estado. Necesitamos una economía autocentrada.