Imagen de elementos de la Justicia / PH
Imagen de elementos de la Justicia / PH

La delincuencia y la inmigración son dos conceptos que la extrema derecha está vinculando necesariamente en todos sus discursos en Europa para simplificar mensaje y ganar votos. Y, por desgracia, es una mentira que funciona. Solo hay que revisar los resultados de las elecciones europeas, las legislativas en Francia, o el discurso de Vox en España.

Sin embargo, los mensajes que se repiten como mantras y se venden como verdad absoluta solo pueden combatirse con datos y hechos. Por eso, en EnAndaluz.es, analizamos al detalle los números que está predicando Vox sobre inmigración y menores no acompañados a propósito de una posible revisión de la Ley de Extranjería y el desafío de la llegada masiva de 5000 menores de edad no acompañados a las Islas Canarias en este mes de julio.

Procedencia de menores condenados en 2022

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la gran mayoría de los menores condenados en 2022 tenía nacionalidad española (79,9%). Cifra que desmonta por completo el axioma repetido hasta la saciedad por parte de Vox sobre que «la mitad de los delitos cometidos en España por menores son perpetrados por inmigrantes». A la nacionalidad española le siguen aquellas pertenecientes al continente africano (12,10%), el continente americano (4,04%) y Asia (0,33%). En el caso de Oceanía, no consta menor condenado alguno.

En 2022 se inscribieron 25.822 infracciones penales cometidas por menores, un 2,0% menos
que en el año anterior. Todas ellas fueron delitos. Por tipología del delito, los de mayor incidencia fueron las lesiones (31,4% del total), los robos (17,5%) y las amenazas (8,6%). Lo que sí recoge el INE es que la tasa por cada 1000 habitantes de 14 a 17 años fue algo más del doble en aquellos menores condenados de nacionalidad extranjera (14,3), que en los de nacionalidad española (6,0).

El bulo de Feijóo

Aún no se sabe si responde al malestar de Vox por el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial o no, pero las declaraciones de principios de julio del líder del PP en los micrófonos de Onda Cero también faltan a la verdad. Según Núñez Feijóo, el Gobierno por la noche «mete en aviones» a inmigrantes ilegales que deja «en los barrios de las ciudades». Una afirmación que se cae por su propio peso y chirría en la crisis de alianzas entre el PP y Vox actuales.

En esta línea, en declaraciones a Canal Sur en el programa Despierta Andalucía, la portavoz en el Congreso, la cordobesa Pepa Millán, argumentó, entre otros aspectos demagógicos, que los «Mena» (menores no acompañados) son personas que no deben estar tan mal «cuando hablan con sus padres con móviles todos los días». Cuando hay que recordar que la travesía occidental, aquella que ahora está arrojando al mar hacia Canarias a miles de personas buscando opciones de vida, se ha masificado por el cierre de los flujos orientales y centrales de África hacia Europa. Muy probablemente, por los pactos de retención de inmigrantes que tiene la UE con países como Túnez cuyas garantías democráticas dejan bastante que desear.

No se puede olvidar que son seres humanos, adultos o menores, que se juegan la vida en condiciones inimaginables para huir de la miseria, la pobreza, la guerra, o la persecución política, étnica o religiosa. Ni Europa, ni España, ni Andalucía pueden mirar hacia otro lado.

Inmigración y delincuencia no, delincuencia y género sí

El 80,1% de los menores condenados fueron varones y el 19,9% mujeres. El número de
varones inscritos aumentó un 2,0% y el de mujeres un 8,2%.

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