Estamos viendo estos días entre las pantomimas de Feijóo pidiendo (rogando a Sánchez más bien) dos años de Gobierno que el PNV (que es evidente que es una de las fuerzas decisivas para la formación de gobiernos en las próximas décadas) está empezando a hablar de una nueva convención constituyente para redefinir el sistema territorial español. Y lo hace en el sentido de avanzar en un diseño confederal donde existan dos tipos de territorios diferenciados. Las nacionalidades históricas y el resto de regiones. Dos 2 velocidades como se planteó antes del café para todos.

«El Lehendakari cree en la  oportunidad de un nuevo pacto constituyente que culmine en un Estado (con) federal. En el anterior, Andalucía fue clave al ser la única comunidad que conquistó el máximo autogobierno por sí misma. Hoy, ni está, ni se le espera». Dice el andalucista y jurista Antonio Manuel.

Y es evidente que Juanma Moreno recogerá el guante de Urkullu. Pero si intenta poner a Andalucía en el centro de esta discusión lo hará solo para debilitar al PSOE de Andalucía y para reforzarse a la interna en el PP. Nunca lo hará con una visión «andalucista» presionando a los parlamentarios populares andaluces contra una casi evidente postura contraria del partido de Feijóo.

El PSOE y su socio menor de Sumar (que recordemos integra a partidos soberanistas como compromís o Mes y a los Comunes pero con disciplina de voto) entrarán al trapo de la negociación porque necesitan los votos para poder gobernar. Lo realmente peligroso es que nadie en este bloque de investidura defenderá la necesidad de que Andalucía aporte su patrimonio constitucional (4D, 28F, estatutos de autonomía, etc.) al diseño de esta nueva España. Y será objeto de cambio con partidos soberanistas del norte.

Así intentarán una vez más afianzar el modelo del norte rico y privilegiado contra el sur pobre y colonizado ( al hilo de esto 4.000 toneladas de basura radioactiva vendrán al Cabril desde Garoña. Pregúntense si esto sucedería si Pedro Sánchez necesitará un solo voto andalucista para su investidura)

Y este es el dilema andaluz. Nadie en el Congreso para defender a Andalucía y colocarla en posición de igualdad frente a Cataluña, País Vasco o Galicia desde la izquierda. Solo el PP andaluz cogerá esa bandera y no para levantarla a favor de los intereses de andaluces y andaluzas. Triste historia que podríamos haber cambiado el 26 J