“Cuando salimos en los periódicos siempre es porque ha ocurrido algo malo, nunca cuentan las cosas positivas que se hacen en este barrio”. Casi de forma unánime, éste era el pensamiento mayoritario entre los participantes del taller de La Prensa en Andaluz celebrado el pasado 17 de octubre en el Centro Público de Educación de Personas Adultas del Polígono Sur. Y no estaban muy alejados de la realidad.

 

“Cuando salimos en los periódicos siempre es porque ha ocurrido algo malo, nunca cuentan las cosas positivas que se hacen en este barrio”

 

La deriva de la profesión periodística, plagada de precariedad y recortes de plantilla, nos está haciendo olvidar lo más importante: para conocer la realidad de los asuntos que contamos hay que conocerlos de primera mano, estar a pie de calle para recabar todos sus detalles.

Durante el desarrollo del taller fui detallando a los participantes las claves del buen hacer periodístico, que pasan, precisamente, por no quedarse en la superficialidad de las primeras impresiones e intentar describir lo más fielmente posible la realidad que nos rodea. Y en esta tarea fui descubriendo que el numeroso aforo que me escuchaba atento, era algo más que un grupo de habitantes de un barrio supuestamente marginal. Cada uno de ellos tenía una opinión bien definida de muchos aspectos de la actualidad.

 

«Cada uno de ellos tenía una opinión bien definida de muchos aspectos de la actualidad»

 

La gran mayoría descubría con asombro cómo funcionaban los grupos de comunicación, o se percataban de la mala praxis periodística que hace confundir, en más de una ocasión, información y opinión. Muchos detalles de los que no son muy conscientes y que influyen de forma importante en su día a día.

Corta pero intensa experiencia que me ha hecho reflexionar sobre el futuro de nuestra profesión. Si alejamos nuestro foco de lo verdaderamente importante (la realidad de aquellos que nos ven, leen o escuchan) estaremos errando en nuestro principal objetivo: contar lo más fielmente posible la realidad que nos rodea.

 

Texto de Jorge Fernández

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