El pasado 14 de septiembre La Prensa en Andaluz impartió un nuevo taller en el Centro de Participación Activa de Mayores de Sevilla «Cerro del Águila», donde una quincena de alumnos -en esta ocasión un nutrido grupo mixto- se mostró particularmente participativo.
Frente a las primeras reticencias a la hora dar su opinión sobre los medios de comunicación de masas y la prensa, tras las primeras timideces pudimos descubrir con sorpresa el gran espíritu crítico que descansaba en todos ellos.
Nuestro papel como monitores era el de tratar de adaptarnos lo mejor posible a un grupo variado, siempre intentando acercar de la mejor forma posible temas como la tipología de medios de comunicación o los géneros periodísticos, el papel de la prensa en la historia o la evolución de los medios de comunicación hasta la actualidad. A las primeras opiniones expresadas por los asistentes, en la mayoría críticas a la manipulación y al fuerte componente político que suele dirigir a los medios de comunicación, le siguió un ejercicio de honestidad que nos puso en el contexto de sus experiencias personales. «La situación está regular, pero hace muchos años era mucho peor». Reconoció una de las alumnas. Otra añadió inmediatamente «teníamos hasta que prestarnos los libros prohibidos», haciendo clara referencia a la falta de libertad y pluralidad de la época franquista.
Una generación que vivió la autocensura
Con el desarrollo del taller, y en los bloques dedicados a La prensa en Andalucía y La prensa en la actualidad, todos los alumnos expresaban con total tranquilidad su opinión, incluso opuesta a la de otros, demostrando el buen ambiente que se pudo alcanzar gracias a la propuesta de los temas de una manera objetiva y abierta al debate. Sin duda, ese espíritu crítico nació en todos ellos cuando eran más jóvenes. «Nuestra generación vivió en sus carnes el poder de la autocensura», resaltó un alumno. Una de las alumnas nos relató su experiencia personal cuando se estuvo tratando el tema de el papel de la mujer en la prensa. «Las mujeres lo tenemos más difícil como en el resto de las cosas. Yo fui la primera mujer en Sevilla que trabajó como representante para vender, mis propios compañeros, todos hombres, me hacían el vacío al principio».
Al tratar la falta de medios de comunicación de un carácter íntegramente andaluz, nos reconocieron que prestaban especial interés a la prensa y a los medios de comunicación que trataba los temas de su provincia o de sus pueblos natales. «Pero también estamos muy interesados en temas nacionales o de fuera de España», afirmó una alumna. En este sentido, aunque el grupo no era usuario habitual de prensa digital, se señaló una cuestión de especial interés. Varios de los participantes añadieron que, además de no existir una prensa andaluza propia, también quisieron destacar que incluso aunque en los medios que consultaban eran de carácter local o provincial «la información que dan también adolece de pluralidad». De hecho nos reconocieron que en el caso por ejemplo de la información de su barrio «se ocultan cosas. Nosotros conocemos la realidad de nuestro barrio, pero hasta los periodistas de local deciden de qué temas se habla y de cuáles no».
Aceptando la importancia de que la visión de los andaluces se pueda ver afectada por la falta de unos medios de comunicación más andaluces, los participantes también reflexionaron sobre las particularidades de cada provincia andaluzas. Una de las frases que más nos reconfortó durante este nuevo taller fue la de una de las mujeres que, y a pesar de la confrontación de opiniones opuestas, aseguró: «Me sorprende que estemos hablando con mucha mesura. Sin enfrentamientos». Una muestra clara de que ese espíritu crítico que tenían nuestros alumnos se materializó en sentido común, y no en enfrentamiento de opiniones.