Hoy en Camas nos hemos dado cuenta de algo curioso. Los asistentes del taller son alumnos del CEPER Tartéside de Camas, en Sevilla, y si nos fijamos en sus mesas, muchos tienen el teléfono móvil cerca. Eso quiere decir que en cualquier momento pueden recibir una noticia que alguno de sus contactos comparta con ellos. De hecho, son varios los alumnos que han echado una ojeada a sus teléfonos durante el taller.
Siempre se forma un revuelo importante cuando hablamos de redes sociales. Todos tienen algo que decir y todos quieren aportar su punto de vista. Es curioso, ocurre justo lo que las redes sociales quieren: que expreses tus ideas a los demás.
Las redes sociales han dado la palabra a todos. Ahora todo el mundo puede opinar sobre cualquier tema, a todas horas, casi sin filtros.
¿Es esto bueno? Claro que es positivo que todos podamos alzar la voz y decir lo que pasa por nuestras cabezas, pero no podemos olvidar que esas redes sociales no pueden ser calificadas de medios de comunicación.
Los medios de comunicación siguen un proceso a la hora de publicar sus informaciones. Se encargan de comprobar que esas informaciones sean verdad, las ordenan y las interpretan. Tras ese proceso, la información se publica y llega al público. Son los lectores los que tendrán que decidir qué decisiones tomarán con las informaciones recibidas.
Lo que se publica en redes sociales puede ser verdad o no, nadie nos garantiza que lo que se dice está contrastado. Por eso es importante comprender que tenemos que diferenciar entre medios de comunicación y redes sociales.
En las redes sociales tenemos una amalgama de opiniones e informaciones que es difícil diferenciar. ¿Qué mensaje es opinión y cuál podemos considerar como información?
Antes de compartir, comprueba si es verdad
Juntos pueden ser un arma muy potente para estar informados. La rapidez que pueden alcanzar las redes sociales junto al trabajo de los medios de comunicación procesando y dando valor a las informaciones, es una combinación ganadora; pero hay que hacer un uso responsable de las redes sociales.
Compartamos solo aquellas noticias que sepamos son ciertas. Si dudamos, lo mejor es dedicar unos minutos a contrastar esa información visitando otros medios. Si no disponemos de ese tiempo o si aún después de nuestra búsqueda, seguimos dudando, lo mejor es no compartir la información.
También podemos recurrir a lo tradicional: Hable con sus familiares, amigos y vecinos sobre lo que ve en los medios. Discuta esas informaciones. Cuantos más puntos de vista tenga sobre un mismo tema, más rico y fuerte será el suyo.
Si no estamos seguros de su veracidad, lo mejor es dejarlo pasar. Es mejor pecar de precavidos que dar publicidad a bulos y mentiras.