Para un medio de comunicación, la credibilidad de su trabajo es uno de los valores más importantes que tiene para ofrecer al público. Es, además, uno de los reclamos principales y algo que el medio tiene que salvaguardar a toda costa.
Que un medio se gane la consideración de “creíble” puede llevar años de trabajo y grandes inversiones. Sin embargo, perder esa credibilidad puede ser cuestión de días.
Percibimos cada medio con un grado de credibilidad distinto. Los medios más tradicionales suelen ser aquellos que tienen una consideración de credibilidad mayor. La prensa escrita es el medio más fiable, según las encuestas que hemos realizado a los asistentes a los talleres. Internet es el medio que despierta más desconfianza.
Hace unos días, nos encontrábamos en Écija, con los alumnos del Aula de la Experiencia y hablábamos sobre las razones que nos llevan a desconfiar de los medios de comunicación.
Además de que dependiendo del formato estemos predispuestos a confiar más o menos por la tradición que tenga ese medio, existen razones que se explican desde el punto de vista de los contenidos y que se están dando en los últimos años:
Los contenidos de poca importancia que solo buscan captar la atención de la audiencia. Esto se da especialmente en Internet y, con frecuencia, en televisión, aunque ningún formato está a salvo.
Una de las asistentes nos cuenta que muchos medios dedican todo su tiempo “al cotilleo”. Olvidando informar sobre cuestiones de verdadera importancia y que así no puede tomarse en serio a determinadas cadenas de televisión.
Otra de las razones es la previsibilidad de los medios. Durante los últimos años, más o menos desde comienzos de siglo, la politización de los medios ha hecho que su línea editorial sea muy previsible. Sabemos con antelación lo que nos van a contar.
Aunque los medios siempre han tenido una línea editorial definida, en los últimos años parece que se han radicalizado, dando una sensación de menor objetividad.
“Algunos medios están totalmente controlados por los políticos. Es descarado” Este comentario nos llega desde el fondo de la sala, pero es una idea compartida por la mayoría. No solo de los astigitanos que hoy nos acompañan en el taller sino por muchos de los alumnos que hemos tenido en talleres anteriores.
Otro factor que los expertos coinciden en señalar es la forma en la que la crisis económica ha afectado a los medios. Los medios de comunicación son empresas, y como tales necesitan beneficios. Cuando un medio tiene problemas de financiación, se debilita y las presiones que recibe por parte de los poderes fácticos (ya sean políticos, empresas o instituciones) les afectan más.
“Al final, siempre dependen del dinero, quien paga es quien decide qué aparece y qué no en el medio”. Otra idea recurrente que aparece en los talleres.
Parece que los medios tienen ahora la tarea de recuperar la credibilidad perdida en los últimos años. No solo para poder hacer mejor su trabajo, que es, y siempre debió ser, informar. Sino para evitar la pérdida de audiencia que siempre viene aparejada con la merma de la credibilidad.