Investigadores de la Universidad de Huelva han desarrollado un modelo basado en inteligencia artificial y ciencia ciudadana que anticipa la llegada de medusas a la costa

Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha desarrollado un modelo basado en inteligencia artificial y ciencia ciudadana que anticipa la llegada de medusas a las playas de la Costa del Sol (Málaga). Con los datos que se obtienen gracias al uso de una aplicación móvil y el uso de un sistema que detecta e interpreta los mensajes de los usuarios, los expertos predicen la llegada de las medusas a las zonas de baño.

En esta investigación la partición ciudadana es primordial en alguna de las fases del proceso. Los expertos recogieron los datos a través de la aplicación móvil «Infomedusa», desarrollada por el Aula del Mar de Málaga en 2013. Con esta aplicación los usuarios pueden compartir información sobre el estado de las costas, el mar, el viento o el clima de un día concreto, entre oras cosas.

Gracias a estos datos, los expertos han establecido cuál es la dinámica y la ruta de las medusas cuando se aproximan a la playa. Con esto, se ha podido comprobar que primero las medusas llegan a las costas más cercanas al Estrecho de Gibraltar y, desde ahí, son arrastradas por las corrientes y empujadas por el viento hacia el levante. Ya cerca de las playas, llegan hasta las zonas de baño si el viento se agita con intensidad.

Investigación de las medusas con aplicaciones

Cuando se utilizan este tipo de aplicaciones el investigador dirige todo el proceso. Primero el desarrollo de la misma, llegando a la recolección y justificación de datos. Sin embargo, los expertos afirman que es posible utilizar aplicaciones y herramientas existentes sin tener que crear una para algo concreto. “Queríamos demostrar que se pueden obtener resultados sólidos sin tener que diseñar aplicaciones móviles específicas para proyectos de ciencia ciudadana como éste. Podemos utilizar herramientas ya existentes, darles un nuevo sentido a otras más antiguas y no por ello perdemos rigor científico”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Huelva Juan Carlos Gutiérrez.

Juan Carlos Gutiérrez Estrada, co-autor del estudio.

En el estudio ‘Integrating local enviromental data and information from non-driven citizen science to estimate jellyfish abundance in Costa del Sol (southern Spain)’ publicado en Estuarine, Coastal and Shelf Science, los investigadores explican que primero utilizaron la aplicación móvil Infomedusa para recoger los mensajes de los ciudadanos en el chat de la playa que visitaban: “He llegado y hay un montón de medusas en la orilla”, por ejemplo.

Después, entra en juego el sistema de inteligencia artificial que analiza las frases coloquiales en español y capta los datos para conocer el paradero de las medusas en las 149 playas estudiadas. Los investigadores explican que una de las dificultades de esta tecnología es el lenguaje natural de las personas, que muchas veces es coloquial e impreciso, lo que dificulta su análisis.

Paliar los errores de la aplicación

Para evitar los posibles errores, hicieron un glosario de 557 palabras de base que se relacionaban con los datos que buscaban. Dos investigadores asignaron valores numéricos a los adverbios de cantidad de cada mensaje para que la máquina los analizara correctamente. “Por ejemplo, si un usuario escribía: ‘hoy hay muchas medusas en la playa’ el sistema asocia a ‘muchas’ un valor numérico de 5 para indicar una gran cantidad de estos invertebrados en la playa”, explica Gutiérrez.

Los investigadores comprobaron con los datos recogidos que la velocidad y la dirección del viento influyen en la llegada de las medusas a las costas. “Los modelos que hemos desarrollado con la colaboración ciudadana se van a integrar en esa aplicación para que ésta tenga una capacidad predictiva. Así, la propia herramienta le dirá al usuario si el día que va a ir a la playa habrá o no medusas”, comenta este investigador.

Medusa ‘Aurelia Aurita’.

Continúa la investigación

Actualmente, este equipo de investigación compuesto por los grupos Análisis y planificación del medio natural y Sistemas inteligentes y minería de datos de la Universidad de Huelva y expertos del Instituto Español de Oceanografía de Málaga y el Aula del Mar de Málaga continúan su investigación y siguen buscando nuevas formas de interpretar los datos de los ciudadanos y tener menos margen de error. “Estamos pensando incluso en ‘dirigir’ a los usuarios para que introduzcan la información de una forma concreta. Así, sería mucho más fácil interpretarla y no haría falta intervención humana”, resume Juan Carlos Gutiérrez.

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