En nuestro repaso por algunos de los y las periodistas más importantes de Andalucía ya hemos hablado de padres que transmiten su pasión a sus hijos, como es el caso de Chaves Rey y Manuel Chaves Nogales. La historia nos muestra otros casos en lo que la pasión por el periodismo se transmite de generación en generación, como ocurre con Matías Prats Cañete y Matías Prats.
Pocas personas saben que una de las voces más reconocidas durante la época del NO-DO nació en Andalucía. Matías Prats Cañete nació en Córdoba, en Villa del Río en 1913. Prats Cañete tenía en su juventud cierta inquietud por las letras, factor común como hemos comprobado en la mayor parte de las biografías de los periodistas andaluces que hemos ido recordando. Destacó en los círculos literarios de su ciudad, llegando a ser entrevistado por Radio Córdoba, tras ganar un concurso de poesías navideñas.
Prats Cañete cursó los estudios de perito industrial, pero con 17 años los abandonó y se trasladó a Madrid, pretendiendo iniciar una carrera como poeta. El destino quiso que esta faceta suya no fuera la que le llevara por los caminos del éxito. El estallido de la Guerra Civil truncó su carrera de poeta, pero le llevó hasta la radio.
Como soldado fue destinado a Algeciras, donde tuvo sus primeros acercamientos al mundo de la radio: debido a una herida que sufrió en el ojo acabó trabajando en Radio Algeciras. Esta herida fue la causante de que tuviera que utilizar sus famosas gafas de sol: desarrolló una fotofobia que le hacía ir cubierto a todas partes por su par de lentes opacas.
Al finalizar la guerra se trasladó a Málaga, trabajando de comentarista de corridas de toros y partidos de fútbol en Radio Nacional. En 1945 volvió a Madrid para trabajar en los nuevos estudios de Radio Nacional. Es a partir de este momento cuando empieza a labrarse un nombre y a ser reconocido, tanto mediática como profesionalmente, al ponerse al frente del Noticiario Documental (NO-DO) hasta 1971.
Matías Prats Cañete trabajó también en Televisión Española, en las retransmisiones de corridas de toros y partidos de fútbol. Aunque se jubiló oficialmente en 1974, volvió para cubrir varios hitos deportivos, como el Mundial de España de 1982. Falleció en 2004, dejando su legado periodístico en vida a su hijo Matías Prats.