La evolución de la pandemia ha llevado a una empresa de Barcelona (Ideas Agitadas) a reinventarse con la creación de un chicle que podría desactivar el covid-19 en la boca de quien lo esté mascando. Su nombre comercial es Chewing Mask (mascarilla masticable) y actuaría como tal, frenando la transmisión, no solo del coronavirus, sino de virus lipídicos como la gripe. Su puesta en venta está prevista para el próximo mes de febrero, inicialmente en las Islas Canarias, y por un módico precio de dos euros.
José Antonio González-Cuevas y Curro Espinós son el cerebro de esta idea, que nació con el propósito de hallar un ingrediente que pudiera frenar el virus del covid-19 dentro de la boca. Así las cosas, y tras un año y medio de investigaciones y pruebas en diferentes laboratorios europeos, han podido llevar a cabo este proyecto, desarrollado en conjunto con el doctor en Inmunología Molecular por la Universidad de Cambridge, Marcos Isamat.
El chicle, formado por una mezcla de hasta tres ácidos, conseguiría, según sus creadores, neutralizar entre el 75% y el 99% de los virus como el covid-19 o la gripe. Los compuestos de esta chuchería disminuirían el Ph estos, destruyendo sus lípidos e inactivándolos en la boca. González-Cuevas y Espinós aseguran que, mascándolo cuatro veces al día, se conseguiría bloquear la entrada del virus.
Inicialmente, la empresa pretende comercializar un millón y medio de chicles en tiendas y supermercados canarios. Tendrá sabor a menta y podrá adquirirse por tan solo dos euros. Desde la empresa cuentan que están trabajando para que pueda venderse en el resto del país, así como importarlo a otros.
Sus creadores descartan, no obstante, que el producto sea un medicamento. A pesar de ello, sí creen que sea una medida de calidad contra el covid-19, aunque nunca será sustitutiva de las medidas de seguridad protocolarias.