Investigadores del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba, encontraron recientemente en un mausoleo romano en el centro de Carmona un líquido «rojizo» de más de 2000 años de antigüedad. Este mausoleo entraña una curiosa historia, al ser descubierto de manera sorpresiva bajo una vivienda que iba a ser reformada.
En agosto de 2019 se localizó un mausoleo romano durante las obras de rehabilitación en la vivienda en el número 53 de la calle Sevilla. El inmueble se sitúa dentro del sector donde se desarrolló la necrópolis principal de la antigua Carmo y próximo al Conjunto Arqueológico de Carmona.
De forma inmediata, el hallazgo fue puesto en conocimiento de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía que, por motivos de conservación y riesgo de expolio, autorizó que se realizara una intervención arqueológica con carácter urgente.
La intervención se llevó a cabo desde la Delegación de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento y coincidió con el desarrollo del curso de Arqueología de Campo, que organiza dicha delegación dentro del programa de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide, por lo que los alumnos del mismo pudieron participar en los trabajos.
Tumbas familiares
Los mausoleos de Carmona corresponden a tumbas colectivas, posiblemente familiares, que se caracterizaban por encontrarse señalizadas a nivel de superficie por un monumento funerario, como una torre o un túmulo.
Este tipo de tumbas contaba con una cámara subterránea en cuyas paredes se abrían una serie de nichos donde se colocaban las urnas con los huesos cremados de los difuntos y los objetos relacionados con los ajuares y las ofrendas. Aunque similares a las conocidas como “tumbas de pozo”, mucho más frecuentes en Carmona, los mausoleos presentan algunas diferencias constructivas y su ejecución era mucho más costosa.
Hasta la fecha se han identificado hasta ocho de estas tumbas, de las que siete, incluida la de la calle Sevilla, se encontraban en las márgenes del camino que comunicaba Carmo con Hispalis.
Hito para la arqueología en Carmona
El hallazgo del mausoleo de la calle Sevilla supone un hito para la arqueología de Carmona, en especial porque la entrada a esta tumba se mantuvo sellada, por lo que no había sido saqueada y había mantenido unas condiciones ambientales que permitieron, incluso, la conservación de material orgánico.
Los restos óseos de los difuntos y los objetos relacionados con los rituales, principalmente los ajuares y los recipientes para las ofrendas, se mantuvieron intactos, lo que resulta de gran interés para el estudio de las costumbres funerarias que se practicaron en la Carmona romana.
Todo ello, sumado a la calidad y singularidad de algunas de las piezas, lo convierten en un hallazgo realmente excepcional y del que se han abierto distintas líneas de investigación científica que está proporcionando información de extraordinario interés.
Seis urnas en el mausoleo de Carmona
Entre los objetos recuperados de la cámara destacan las seis urnas que contenían los restos óseos, dos de ellas de vidrio y las otras cuatro de piedra, así como distintas piezas pertenecientes a los ajuares y recipientes para las ofrendas funerarias.
Entre estas últimas destacan un anillo de oro con un entalle con representación de Jano, tres cuentas de ámbar, un pequeño ungüentario tallado en cristal de roca y con forma de ánfora que conservaba su tapón y restos de su contenido, varios recipientes de vidrio.
Entre ellos se encuentra un plato de vidrio mosaico que, por su rareza, puede corresponder a la pieza más singular de todo el conjunto. A partir de los materiales se establece que el mausoleo se encontró en uso durante unos cincuenta años, entre principios del siglo I d. C. y mediados de esa centuria.
Análisis químicos
Entre las distintas líneas de investigación que se están desarrollando actualmente para el estudio de la tumba se encuentran los análisis químicos de los materiales orgánicos y de los pigmentos de las decoraciones murales, el estudio antropológico de los restos óseos, el análisis de los fragmentos de tejidos conservados o el estudio de los epígrafes con los nombre de los difuntos de algunas de las urnas.
Los análisis químicos realizados por los doctores José Rafael Ruiz Arrebola y Daniel Cosano Hidalgo, del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba, están proporcionando resultados de gran interés, como la procedencia báltica del ámbar encontrado o que el tapón del ungüentario fue fabricado con dolomita (mineral compuesto de carbonato de calcio y magnesio).
Entre los hallazgos más sorprendentes, se destaca que una de las grandes urnas de vidrio, además de contener los huesos del difunto, había sido rellenada completamente con varios litros de un líquido rojizo que se había conservado gracias a las condiciones que mantuvo la cámara.
Aunque los análisis se encuentran aún en marcha, los primeros resultados descartarían que el líquido correspondiese a vino o a aceite, y parecen indicar que se trataba de una disolución acuosa de esencias de plantas aromáticas.
Huesos en el mausoleo de Carmona
El estudio de los huesos de los cadáveres, realizado por la arqueóloga especializada en antropología física Inmaculada López Flores, ha permitido confirmar que en el mausoleo se enterraron seis individuos adultos, tres masculinos y tres femeninos, sus edades y distintas patologías que sufrieron en vida estas personas, así como otros aspectos relacionados con los rituales funerarios.
Bajo el título El mausoleo romano de la calle Sevilla, la tumba de Hispana y Senicio, el próximo día 9 de octubre se inaugurará una exposición en el Museo de la Ciudad de Carmona, en la que se expondrán las piezas más relevantes, recientemente restauradas, y la información sobre el hallazgo y los avances en la investigación.
La muestra formará parte del programa Octubre romano, que, como en ediciones anteriores, se celebrará en Carmona durante ese mes por iniciativa de la Delegación de Patrimonio Histórico y Turismo del Ayuntamiento de Carmona y con la participación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Ruta Bética Romana.