Corría el año 1706 cuando el hermano del primer conde de Buenavista, Baltasar Guerrero, construía la primera casa palacio que iniciaría el conjunto arquitectónico que acabaría formando el Instituto Gaona de Málaga.
El centro estuvo en posesión de la Congregación de San Felipe Neri. Los franceses lo tomaron en 1810 pero al poco tiempo fue recuperado y el estado español, como consecuencia de las guerras carlistas, intervino el edificio y en 1846 se abrió como Instituto Provincial de Enseñanza Secundaria, que fue el único instituto de Málaga hasta el año 1928.
Tras la guerra civil española, fue dividido por sexos, enviando al sector masculino al Instituto Martiricos y quedándose en el Gaona el sector femenino. El instituto fue bautizado con el nombre IES Vicente Espinel pero todo el mundo lo conoce con el nombre de la calle en que se encuentra.
Desde su fundación no ha dejado de trabajar por una educación de calidad. Ha acogido en sus aulas a personalidades como Severo Ochoa, Emilio Prados, o incluso Pablo Ruiz Picasso, que hizo el examen de ingreso. Otras influencias como Victoria Kent también pasaron por sus aulas pero por muy poco tiempo.
Fue el centro cultural más importante y que todo el mundo necesitaba. Tenía un museo agronómico, un museo de historia natural, un jardín botánico, e incluso acogió la primera estación meteorológica de la provincia.
Son numerosos los tesoros históricos que albergan las aulas e instalaciones del centro. Hay una maqueta de estudios en un aula dedicada al patrimonio náutico más valioso de la provincia, hay más de 800 mosaicos que relatan los primeros once capítulos de El Quijote, una cripta y otras obras absolutamente únicas. Desde el centro, que cumple 176 años, se anima a todo el mundo a visitarlo. Es un auténtico museo lleno de vida, de profesores, de alumnos y con un rico patrimonio que muy pocos conocen.