Medidas contra las agresiones a los sanitarios, archivo. - JUNTA DE ANDALUCÍA
Medidas contra las agresiones a los sanitarios, archivo. - JUNTA DE ANDALUCÍA

El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM) con motivo del Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, que se celebra el 12 de marzo, ha presentado los registros sobre las agresiones. Su presidente, Alfonso Carmona, ha planteado que este problema «no solo atañe a los médicos, sino que es algo estructural de la sociedad, que los agresores se sienten impunes ante una legislación excesivamente laxa».

El peso de la presentación de los datos lo ha llevado el Coordinador del Observatorio de Agresiones del Consejo Andaluz de Médicos, el doctor Gaspar Garrote Cuevas. La institución se puso en marcha en 2009, después de que una residente de 34 fuera asesinada por un paciente. Desde 2010 han registrado más de 8100 agresiones.

Con respecto a Andalucía, se registraron un total de 138 agresiones en 2024, siendo el Colegio de Médicos de Málaga el que tuvo más agresiones: 40. Aunque Gaspar Garrote ha insistido que los datos «son solo una manera de exponer el problema», pero que «no son fidedignos, que la gran mayoría de agresiones no se registran» y que, si algún colegio registra más agresiones que otro, es probablemente porque ese colegio está consiguiendo estar más cerca de los médicos.

Casi el 67% de las agresiones registradas son recibidas por mujeres, en la misma línea, el 54% de los agresores son varones en edad laboral. Generalmente las agresiones son realizadas en los centros de Atención Primaria (43%) y Urgencias en Hospital (15%), suelen ser agredidos por discrepancias con la atención médica.

Estas agresiones son lesiones (33), son vejaciones (51) y son amenazas (97) hacia los profesionales que arriesgan su integridad física, y pese a que 63% de las agresiones dejan secuelas en ellos solo en 21% de las ocasiones causan baja laboral. Garrote ha llegado a afirmar que «los médicos somos héroes no porque nos aplaudieran en la pandemia sino porque acudimos al mismo puesto de trabajo al día siguiendo de que nos amenacen de muerte».

La razones por las que no se denuncia suele ser miedo a la represalias de los agresores o desconfianza en el sistema judicial, en esta linea han agradecido la labor de la Policía Nacional y la Guardia Civil que colaboran con los colegios y con los médicos. Uno de los hitos del Observatorio de la OMC es la creación de la figura del Interlocutor Policial Sanitario que ayuda a los médicos a gestionar este tipo de situaciones de estrés.

En la misma línea se está trabajando para poder realizar denuncias in situ para facilitar a los profesionales sanitarios el trámite. Del mismo modo las denuncias se suelen gestionar desde los colegios para que no tenga que responder con sus datos personales el médico agredido.

Atentar contra la salud física o mental de alguna persona nunca parece buena idea, menos aún cuando se trata de profesionales que dedican su vida a salvar otras. Como sociedad debemos tener un compromiso férreo en la denuncia de este tipo de actitudes, la vía punitiva no puede resolver este problema de manera unilateral. Somos el conjunto de la sociedad quienes debemos concienciarnos y reeducarnos en el respeto a los iguales.

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