- Miguel Delibes renuncia como presidente del Consejo de Participación de Doñana
- Los embalses del Guadalquivir cierran un junio «más húmedo de lo normal»
- Gobierno y Junta ratifican la vigencia del Acuerdo de Doñana tras la polémica con el decreto
Ecologistas en Acción ha solicitado a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul información sobre los análisis e informes realizados que han llevado, según la organización, a proceder por parte de la Junta de Andalucía al desagüe de las aguas de la laguna de la Dehesa de Abajo en el río Guadiamar, en respuesta, «al parecer, al hallazgo en dicha laguna, hace unos días, de algunas aves acuáticas muertas».
El Guadiamar, que ahora lleva aguas del desembalse del Agrio para abastecer a los regadíos de la marisma norte de Doñana, antes de desembocar en el Guadalquivir, va a recibir a la altura de Entremuros estas aguas de la laguna de la Dehesa de Abajo, explican en una nota.
En este contexto, la organización incide en que la laguna de la Dehesa de Abajo o Dehesa de Rianzuela, ubicada en el TM de La Puebla del Río (Sevilla) está identificada en el Inventario Andaluz de Humedales. Se trata de un humedal antrópico, de carácter «semipermanente y alimentación epigénica», es decir, una represa en vaguada que se rellena artificialmente, formando un estanque que resulta «ser de interés ecológico», por ser lugar de anidamiento y cría de aves acuáticas, todas protegidas, y en particular de las que hay en Doñana en peligro crítico de extinción, como la malvasía, la cerceta pardilla o la focha moruna entre otras.
Este hecho, añade Ecologistas en Acción, es la principal razón para que tanto la Zona de Especial Conservación como la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEC y ZEPA) Doñana, espacios de la Red Natura 2000 europea, incluyan en su ámbito territorial el correspondiente a la Reserva Natural Concertada Dehesa de Abajo. Todo ello «lleva a pensar que este humedal artificial debiera tener un agua de calidad óptima y en cantidad de sobras para garantizar esa calidad y el bienestar de toda la protegida avifauna que la habita», subrayan desde Ecologistas en Acción.
«Sin embargo, al parecer, la Administración andaluza está realizando el desagüe de esta laguna en respuesta al hallazgo en dicha laguna, hace unos días, de algunas aves acuáticas muertas. Supuestamente, para identificar la causa de estas muertes deben de haberse realizado análisis tanto de los cadáveres, como del agua de la laguna, como de otras aves vivas de la zona, de cara a saber si se trata de eutrofización, cianobacterias, toxina botulínica o cualquier otra amenaza, es decir, la calidad y cantidad del agua de la laguna no parece haber sido cuidada y gestionada de forma adecuada a los valores ecológicos de la misma», traslada la organización.
Desde Ecologistas en Acción, valoran que una vez determinada la causa y con el «asesoramiento científico debido», debe de haberse tomado esta decisión de desagüe, como ocurrió en 2020 por un brote de botulismo, repetida en años posteriores por prevención.
No obstante, denuncian que «es una decisión arriesgada que no se puede repetir cada año por dos cuestiones: por una parte, el agua desaguada al Guadiamar va a recorrer parte del espacio protegido de Doñana y será utilizada en parte de los miles de hectáreas agrícolas cultivadas allí por lo que puede ser potencialmente dispersadora del problema; y por otra parte, se ha de presuponer que serán rescatados previamente y a tiempo para su recuperación en centros adecuados los numerosos pollos de los nidos, al menos los de especies de aves acuáticas catalogadas en peligro crítico, como malvasías y cercetas pardillas, que en Doñana solo anidan en este humedal y en otro denominado Lagunas de Bonanza».
En resumen, Ecologistas en Acción plantea que las aves protegidas van a morir «bien por la mala calidad del humedal o bien porque se vacía la laguna», lo que hace del desagüe «pan para hoy y hambre para mañana». Por ello, ha solicitado a la Junta la información sobre los análisis e informes realizados que han llevado a tomar esta decisión de desagüe de la laguna de la Dehesa de Abajo y el plan de actuación previsto para acabar con este problema, que «cada año va a ser de mayor envergadura debido a los efectos del cambio climático en nuestros humedales».
Asimismo, la organización va a exigir a la Administración, por una parte, una mejora en el manejo del agua de la laguna de la dehesa de Abajo «para el mantenimiento de los valores por los que ha sido protegido en el ámbito europeo» y evitar la eutrofización, las cianobacterias y otros tóxicos que se suelen generar en los periodos de calor en estas lagunas si no se renueva el agua ni se mantiene la cantidad. Y, por otra, la optimización de la gestión hídrica de este humedal, «cada vez más importante en la conservación de las aves de Doñana, especialmente las acuáticas».