- Mata a sus dos nietos y se suicida en un pueblo de Granada
- Los embalses del Guadalquivir pierden agua en una semana sin lluvias
Los menores compañeros de los nietos de diez y doce años a los que su abuelo de 72 ha matado este lunes en Huétor Tájar, en el Poniente de Granada, antes de suicidarse, y tras atrincherarse armado en su casa con ellos en la noche de este pasado domingo, han recibido ayuda psicológica profesional en las aulas en un día marcado por la consternación en el municipio, de unos 10.500 habitantes, cuyo Ayuntamiento ha convocado un minuto de silencio para las 20,00 horas en la Plaza Pósito.
Así lo han indicado fuentes consultadas por Europa Press en la Junta, que han detallado que, tras los acontecimientos, que se desencadenaban a partir de las 08:30 horas de la mañana de este lunes, el servicio coordinador de Emergencias 112 Andalucía facilitaba esta asistencia psicológica a los escolares.
También el alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado, ha dado cuenta de este servicio, en declaraciones a Europa Press, en las que ha detallado que ha sido un equipo de cuatro psicólogos el que se ha desplazado al municipio para dar esta ayuda, también extensiva a los profesores del colegio San Isidro y el instituto en que estaban escolarizados los menores fallecidos.
«El accidente fue trágico para todo el pueblo», ha indicado el alcalde en referencia al siniestro del coche que conducía el abuelo en la tarde del pasado 19 de marzo en término municipal de Loja, en la misma comarca, falleciendo su hija y madre de los dos menores, que también iban en el vehículo.
Los niños ingresaron en un centro hospitalario con evolución favorable, sobreviviendo al accidente con su abuelo. Días después fallecía también a resultas de los traumatismos sufridos en el mismo siniestro la mujer del anciano y abuela de los menores, que también viajaba en el mismo coche.
Lo de hoy por tanto es una «tragedia total» en un «día para olvidar», ha aseverado Delgado, que ha recordado que hace solo tres días, en el inicio de las fiestas de Huétor Tájar que se han suspendido este lunes, cuando el Ayuntamiento ha decretado también tres días de luto oficial, «estaban en una carrera» y uno de los menores participaba, con la ayuda de sus compañeros, por tener aún un pie escayolado, y todo el mundo pudo ver cómo su abuelo, quien «estaba pasando muy mal momento», iba detrás de ellos «con la bicicleta».
En esta línea se han expresado también vecinos que han descrito a este hombre de 72 años como una persona «muy buena, nada conflictiva» y con quien sus nietos «estaban siempre». «Todo el pueblo está muy mal», ha indicado un hueteño a los periodistas en el entorno de la vivienda de la calle Alfredo Nobel donde han ocurrido los hechos.
Este hombre, allegado del anciano, ha relatado que hace unos días se cruzó con él por la calle y le reconoció que «estaba muy mal» tras el accidente de tráfico en el que el pasado 19 de marzo fallecieron su mujer y su hija y madre de los niños.
«Sus nietos estaban siempre con él»
«En la vida hubiera sospechado algo así, se veía normal y corriente, ni estaba en bares ni nada, siempre con su mujer y sus nietos que estaban siempre con él», ha expuesto este ciudadano visiblemente afectado.
Otra vecina ha contado que todos en la familia «eran muy buenas personas», al menos «de puertas para adentro» y nadie se esperaba algo así. Los vecinos creen, de hecho, que el anciano pudo quedar «traumatizado» por el trágico accidente, en el que él conducía el vehículo y también sus nietos sufrieron lesiones aunque ellos sí salvaron la vida.
«Morirse la mujer, la hija, ha sido un horror», ha reconocido esta mujer a los medios, mientras otra ha hecho hincapié en que eran «unos vecinos estupendos, no conflictivos, su mujer estaba mala y él la cuidó» hasta que superó la enfermedad.