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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) va a proponer a los agricultores un desembalse de 1040 hectómetros cúbicos para la campaña de regadío que comienza este jueves, 25 de abril. En cuanto a las reducciones, la dotación máxima de la cuenca pasará de los 6000 a los 4000 metros cúbicos por hectáreas, lo que supone una limitación del 33% frente al 88% de la pasada campaña.
Así lo ha detallado el presidente de la CHG, Joaquín Páez, en una atención a medios este miércoles previo al pleno de la Comisión de Desembalse de la CHG para abordar la campaña de regadío que comienza este jueves y se extenderá hasta el 30 de septiembre. De los 1040 hm3 propuestos por la Confederación, se reservarían 30 para dar solución a los regadíos tempranos de octubre.
El desembalse propuesto supone 660 hectómetros cúbicos más que la pasada campaña, que estuvo marcada por una agravante sequía en la cuenca del Guadalquivir. Las lluvias del presenta año van a permitir, según ha destacado Páez «un alivio grandísimo para el campo y los cultivos del Guadalquivir».
Por cultivos, el presidente de la CHG ha detallado que el olivar tiene la dotación mínima de la cuenca. Así, la dotación normal de 1500 hm3 por hectárea va a pasar en la campaña de 2024 a 1.125 hm3, lo que supone una reducción del 25%. Con respecto al arroz, los agricultores dispondrán de dos tercios de la totalidad de agua máxima que pueden obtener, esto es, 264 hectómetros cúbicos.
En cuanto a los abastecimientos, Páez ha celebrado que «afortunadamente, están plenamente garantizados para cuatro o cinco años como mínimo, dependiendo del sistema de explotación».
En esta línea, ha puesto de relieve el mes de marzo «extraordinariamente lluvioso», situándose como el tercero con más precipitaciones en los últimos 40 años, con más de 290 litros de media en la Cuenca del Guadalquivir, lo que ha supuesto «un alivio y un cambio de actitud».
Así, ha recalcado que en el pleno de la Comisión de este miércoles «encontraremos miradas de alegría ante un futuro halagüeño tras unos años muy duros, con unas condiciones de desembalse descorazonadoras».