El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este miércoles la declaración del flamenco como Bien de Interés Cultural (BIC) del Patrimonio Inmaterial de la región. Según fuentes del Ejecutivo autonómico, se trata de un arte del espectáculo que tiene «gran arraigo histórico» en la región desde mediados del siglo XIX. La declaración se produce cuando se cumplen 70 años de la apertura del primer tablao flamenco en la capital.
Según la comunidad de Madrid, el flamenco es «un arte transmitido, recreado y transformado a lo largo de los años por sus numerosos intérpretes, pero que ha mantenido sus raíces». Detalla, además, que la primera vez que se utilizó el término en la prensa fue el 6 de junio de 1847, concretamente en el número 249 de El Espectador. Se trata de una crónica dedicada a Lázaro Quintana y a su compañera, La Gitanilla.
Primeras referencias al flamenco en Andalucía
Si embargo, ya en el siglo XVII, la obra La Gitanilla de Cervantes crea el primer precedente no oral en el estudio de los orígenes flamencos. A pesar de ello, el carácter novelesco de la historia le resta realismo, por lo que el dato no puede ser considerado en modo alguno como empírico. Años más tarde, hacia 1740, existió un libreto manuscrito por «Bachiller Revoltoso», que narra una crónica de cómo la nieta de Baltasar Montes (el gitano más viejo de Triana) iba a bailar con instrumentos de cuerda y percusión a las casa nobles de Sevilla.
La misma disyuntiva que surgió con La Gitanilla de Cervantes apareció con las «Cartas marruecas» de José Cadalso, en 1789. Se trata de una serie de epístolas que un hombre llamado Gazel Ben-Aly envía a su amigo Ben-Beley. En esta obra el escritor describe una juerga gitana en un cortijo liderada por el Tío Gregorio, dato que, tras los anteriores, confirma definitivamente la existencia de una música peculiar y diferenciadora en Andalucía.
La crónica que nombra al flamenco en Madrid por primera vez es posterior a las primeras referencias al flamenco en Andalucía. De hecho, la primera alusión a la música flamenca en Madrid fue en el diario La Nación, el 18 de febrero de 1853.
Los tablaos flamencos
El gobierno madrileño explica que el primer tablao flamenco inaugurado en España fue Zambra, en 1954. La realidad es que el tablao flamenco más antiguo de la capital es el 1911, llamado así por el año de su fundación. Sin embargo, en Andalucía se tiene constancia de los Cafés Cantantes, unos amplios salones con elementos decorativos, sillas y mesas para el público. En el centro de la sala se instalaba una tabla, el tablao, donde se subían los artistas para la actuación. Algo muy parecido a los locales que existen ahora. Aquellos primeros cafés cantantes surgieron en la denominada Edad de Oro del Flamenco, una época comprendida entre 1860 y 1919.
La Comunidad de Madrid explica que el flamenco y su «carácter singular» es el resultado de diferentes circunstancias. «Madrid es una ciudad donde los músicos que se dedican a este arte han podido trabajar desde el siglo XIX y muchos se establecieron en ella manteniendo el uso del flamenco en el ámbito privado», explican, a pesar de que los cantantes, músicos y bailaores que llegaban a la capital eran andaluces.
El flamenco, con calzador en Madrid
La declaración que se aprueba este miércoles es el resultado del trabajo del Ejecutivo autonómico para proclamar a Madrid como «el gran referente de este baile y cante», a pesar de no contar con raíces flamencas de ningún tipo. La capital lo incluye, aún así, en sus programaciones culturales y campañas turísticas, como ha ocurrido en la reciente celebración de la Feria Internacional de Turismo (Fitur).