3… 2… 1… ¡Despierta! La séptima sesión de preliminares del COAC abrió con el coro sevillano de Sergio Molina y Jesús García, que encarnó el papel de unos hipnotizadores que vienen a despertar, entre otros, a «los sonámbulos que están aletargados, deprimidos o amargados».
La primera letra del grupo la dedicaron a las víctimas de violencia de género, mujeres hipnotizadas por las palabras de sus agresores a las que rogaron que «vuelvan a la realidad» antes de que se conviertan en «muertas en vida que no despertarán».
El segundo pasodoble fue una crítica al socialismo andaluz al que pidieron «menos marisco, putas, fiestas y coca», y una defensa de los «andaluces que resistieron la censura y la opresión» y que, en sus últimos años, merecen «vivir con dignidad».
Los cuplés no despertaron y dejaron una tanda sin más en la que bromearon con una operación de labios -pero no los de la boca- y la poca gracia que hacen los cuplés de los coros -al menos en su caso tenían razón-. Tras estos llegó el popurrí en el que la agrupación sevillana regresó al tipo invitando a despertar la conciencia y a aprovechar y «vivir la vida».
Pueblejito la frontera
José Juan Pastrana y Francisco Fernández Cressi, Sito, estrenaron en la séptima sesión de preliminares del COAC una comparsa de hombres de campo que cuidan su Pueblejito la frontera, el cual piden «saborear y sentir» y en el que, además, hunden las raíces de su vida.
El grupo presentó una primera copla trabajada, «semilla a semillita», con mucho mimo. «Vuelvo con mi gente a trabajar la tierra», cantan con acierto estos sembradores que saben llevar con acierto el tipo a las letras. El segundo pasodoble, homenaje a Juanlu, El Cascana, continúa en la misma línea de clasicismo y sencillez musical y vocal.
Las cupletinas vuelven al teatro, pero sin éxito, siendo la más acertada la dedicada al alcalde, Bruno García, que por el hecho de ser del PP es «to buena gente». El pase por preliminares de la comparsa terminó con buen sabor de boca gracias a un popurrí en el que trataron la falta de identidad de la ciudad frente la libertad característica del campo o la lucha inexplicable entre barrios y pueblos.
No hay verano sin besos
Un homenaje al Willy y a Paquito el del Mentidero abrió la actuación de la chirigota de El Cascana en la séptima sesión de preliminares del COAC. El grupo optó por tipo muy llamativo, representando la victoria de España en el Mundial de Fútbol Femenino en una presentación que dedicaron a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol.
Con humor, los chirigoteros convirtieron su primer pasodoble en una dedicatoria a Paquito el del Mentidero, del que echan de menos sus besos. La segunda letra, por su parte, adoptó pronto un tono crítico contra las «mujeres con nostalgia del tito Paco», cerrando con un remate en el que aseguraron que «hacen falta son menos Rocío Monasterio y más María Jiménez».
No hay verano sin beso dedicó el primer cuplé al Willy. Mirando al paraíso los chirigoteros le comunicaron que «van a hacer una mariscada en su honor en La Caleta», rematando la letra su mujer, Lola, con una advertencia al también difunto Juan Carlos Aragón. El tipo regresó en un popurrí lleno de golpes y con total protagonismo de Rubiales, igual que en la presentación.
Agüita tapá
Neptuno para los romanos, Poseidón para los griegos y el «señor del viento y rey del mar» para los Niños de El Puerto de Santa María, cuya comparsa, escrita por Miguel Zampaña y David Ganaza, trajo un personaje que viene a «defender las libertades» y a Cádiz.
En su primer pasodoble los portuenses explicaron su intención de alejarse de la tradición musical y vocal establecida por Los Majaras o Los Gitanos, celebrando que «habiendo nacido en El Puerto me digan que vengo cantando por Cádiz». La segunda letra fue en clave romántica, un piropo a Ana Elena, hija de la pareja del autor, gracias a la cual éste mismo confiesa que aprendió «a ser padre».
La tanda de cuplés de este Neptuno caletero fue al propio tipo de «rey del mar» y a lo que trajo de comer cada uno de los invitados a la fiesta de mayoría de edad de la princesa Leonor, dudando la infanta Cristina si Froilán habría hecho pan «porque ha llegado con la nariz llena de harina». Su pase por la séptima sesión de preliminares concluyo con la excelente interpretación de un popurrí en el que trataron varios asuntos de actualidad, pero sabiendo adaptarlos a su temática, centrada en lo marítimo.
Carnaval, me cago en tus muertos
Víctor Jurado, Vitote, volvió al concurso de Cádiz, después de aquellos bipolares, vestido de barrendero al que ha llamado el Ayuntamiento para «barrer la mierda de la Fiesta con un contrato de una semana», por lo que ellos dicen «Carnaval, me cago en tus muertos».
La agrupación de Vito y Vitote ya avisó de que no piensa dejar títere con cabeza. En esta línea empezaron el primer pasodoble asegurando que «el Carnaval es una mierda, eso lo sabemos todos» y terminar criticando que «el Museo del Carnaval tiene más del Joshua que del Tío de la Tiza», que «Kichi quitó el Cajasol» y que «con Bruno cobraremos Cara al Sol». La segunda copla de la agrupación fue una defensa a un «estilo de chirigota libre, corta y valiente» que ellos mismos representan, junto a otros autores como Juanlu Cascana, y que criticó Manolo Casal, periodista de Canal Sur.
Regresaron las maldades en unos cuplés que dedicaron a Kichi, que «pasa por una crisis» porque «no lo llaman para comparsas», y todo «lo que ha perdido ahora que no es alcalde» y al año que ha pasado el grupo, para terminar con humor negro, asegurando que «menos mal que no contratamos de costurera a Pepi Mayo». La tanda concluyó con un estribillo en el que los chirigoteros instaron a Cádiz a barrer «para casa» y con el que dieron paso a un popurrí cómico y anclado al tipo en el que relataron sus numerosas experiencias en la semana de Carnaval, a la que llamaron «semana de explotación».
Los retratistas
La séptima sesión de preliminares del COAC concluyó con la comparsa de La Rinconada (Sevilla), que, escrita por José Manuel Viejo, El Canguro y Cuartokilo, representaba el tipo de un retratista que no sabe «lo que tendrá la belleza de este lugar» y que, aunque la quiere pintar, asegura que «no hay nada en el mundo para retratar lo que yo a ti te quiero».
Pedro Romero, «el poeta del barrio Santa María», fue el destinatario del primer pasodoble de los sevillanos, asegurando que «si hablamos de libertades hay que quitarse el sombrero cuando se cante a Pedro Romero». La segunda copla, interpretada por los comparsistas con fuerza y claridad, al igual que la anterior, fue para la princesa Leonor a la que pidieron «que nos libere de tanto castigo» y que no abandone «un país que se desangra, una país en el que es el político quien manda».
La tanda de cuplés no surtió el efecto deseado con letras a Omar Montes y un supuesto graduado y al piquito de Rubiales, siendo, como se suele decir, dos cuplés típicos de comparsa. El popurrí, tras un estribillo en el que declararon su amor a la Tacita de Plata, destacó por ser una pieza bien interpretada en la que el grupo retrató la situación política y social de la ciudad, tiró de metacarnaval y aseguró que «cuando te pinto Cádiz me dan ganas de cantar» y viceversa.