Sábado, 13 de enero de 2024, quinta sesión de preliminares del COAC. Suenan las palmas y se alza el telón del Gran Teatro Falla. Aparecen tras él Paco Martínez Mora y Pepe Marchena, autores gaditanos con solera que han vuelto al concurso después de cuatro ausencias para presentar una nueva idea de coro: La dama de Cádiz.
Una gran dama gaditana apareció en escena, acompañada de su mayordomo, Sebastián, para reivindicarse a sí misma en una presentación en la que aseguraron que «delante de cada hombre siempre hay una dama» y preguntar «quién le pone puertas a una dama».
La agrupación, de corte claramente feminista, trajo unos pasodobles clásicos y alegres en los que no se salieron del tipo, asegurando que la mujer gaditana «nunca tuvo un hueco en nuestra historia» y que «Cádiz fue cosa de hombres».
La segunda letra, en la línea de la primera, pidió visibilidad para las mujeres si queremos ser «un ejemplo de sociedad». Pepe Marchena criticó así que «sólo un antifaz de oro haya sido otorgado a una mujer», Adela del Moral, y propuso como damas merecedoras del galardón a María Jesús Fernández; María, La Hierbabuena; Pepi Mayo o Aurora Marchantes.
Los cuplés, para los leggins y el abanico, dieron paso a un popurrí dedicado por completo a la mujer en el que los autores quisieron recordar las figuras de Beatriz Cienfuegos, las cigarreras o las flamencas de Santa María.
Los lengüetas
Y después de aquellos panaderos que presentara en la pasada edición del concurso, Ceuta cambió de gremio y trajo para la quinta sesión de preliminares del COAC de 2024 un grupo de zapateros que no se piensan callar. Y ojalá que nunca lo hagan.
La mejoría de la comparsa ceutí se notó tanto en las voces como en la música, especialmente en la de los pasodobles, que dedicaron a las abuelas, repasando su vida a través de los diferentes tipos de zapatos, y a una niña que lucha contra los prejuicios para ser futbolista. La tanda de cuplés, por su parte, fue para unos «condones con la picha dentro» y para Feijóo, Abascal y Sánchez, a lo que la inteligencia artificial ha mandado «a tomar por culo».
El popurrí, aunque deambula por varios temas que hacen perder el hilo de la idea principal, puso la guinda a una gran actuación con la que el grupo de José Miguel Romero Martínez y Juan Antonio Sánchez Carrasco espera, como hiciera en el COAC de 2023, superar el corte de preliminares y llegar a los cuartos de final.
No le doy más vueltas que me caliento
Pollería Lucifer. Esta es la apuesta que han traído Agustín González Galiano, Tini; José Rafael y Álvaro Castro a la quinta sesión de preliminares y, en consecuencia, al COAC de 2024. La chirigota de Algeciras, conocida como del Tini, puso toda la carne en el asador con un repertorio que aunque previsible, resulto ágil y simpático.
Pese al remate, los pasodobles dejan, por su temática, buen sabor de boca. El primero, anclado al tipo, narra las dudas que tiene este hostelero chirigotero a la hora de contratar a una chica con discapacidad, que, sin embargo, «trabaja poniendo el alma día tras día».
La segunda letra, para el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, comienza como una crítica, por no entender el grupo que los diputados «necesiten auriculares para poderse comunicar», pero pronto torna en una defensa del andaluz al que se refieren en los siguientes términos: «tengo un idioma propio que, aunque se llame dialecto porque ha nacido en Andalucía, es la lengua que se utiliza en la tierra mía».
Los cuplés siguen una línea que rozan la ordinariez al narrar, primero, una equivocación del bote de Nocilla con las heces de su hijo pequeño y, luego, los pensamientos del dueño de la pollería mientras tiene sexo «para no correrme tan rápidamente». El popurrí regresa al tipo con unas cuartetas resultonas que narran algunas experiencias de este particular pollero.
Los despojaos
David Campano y Daniel Montiel llegaron desde Sevilla a la quinta sesión de preliminares del COAC sin nada, sólo con una comparsa porque a Los despojaos «no hay nada que sea de robar su copla de carnaval», pero como dicen en su presentación: «¿Qué más te hace falta?»
Las letras de los pasodobles se alejaron de la idea expuesta en la presentación. La historia de una mujer con dificultades para encontrar trabajo debido a su edad, no terminó de encajar, en parte, debido a la falta de unidad interpretativa. Algo mejor resultó la segunda pieza, que narró la historia de un niño que se, sin entrada para ir al Teatro Falla, critica que «no es justo que estemos en casa si todas las noches la última canta sola en el Falla».
La tanda de cuplés no enmendó una actuación endeble, que dio paso a un popurrí confuso, pero algo más acertado, mediante un error de la banda del Rosario con este tipo de carnaval y el argumento de que «follan poco» porque «el sexo engancha» y no quieren adicciones.
Punk y circo, la lucha continúa
El cuarteto de Ángel Gago regresó al templo de los Ladrillitos Coloraos en la quinta sesión de preliminares del COAC para defender su primer premio en la modalidad con la historia de cuatro punkis que quieren okupar una peña de carnaval y apuntarse al COAC.
El grupo gaditano conectó enseguida con un público que los esperaba ansioso. Durante la parodia de presentación los cuarteteros cargaron especialmente contra el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas diciendo que «no hay que cambiarlo, hay que reventarlo».
Los cuplés los dedicaron al alcalde popular, Bruno García, al que criticaron por subirse el sueldo, y los gestos que hacen los futbolistas al marcar un gol, haciendo hincapié en Maxi Gómez, que al no haber marcado ni un tanto «nadie sabe lo que hace». El conjunto gaditano también estuvo presente en el tema libre en el que los punkis reprocharon al presidente, Manuel Vizcaíno, su falta de fichajes. Una ovación cerró el regreso de un Gago que ha dejado claro que resistirá, aunque sea el único, porque «sin el Carnaval la vida no me gusta».
Los taquilleros
La vida da vueltas, pero es importante que «cuando el motor se pare, nos coja cantando carnaval». Es es la idea que presentó en la quinta sesión de preliminares del COAC la comparsa de Vilches (Jaén). Daniel Heredia y Juan Francisco Fernández firman una agrupación que representa a unos feriantes envenenados por el dios Momo: Los taquilleros.
Los pasodobles comenzaron con un mensaje para las agrupaciones de fuera en cuyas letras los jienense echaron en falta más compromiso con «esta tierra a la que amamos» no sólo alabando su enclave, sino también pidiendo «empleo y casa para el gaditano».
Para la segunda pieza, sin embargo, optaron por una idea más original. El pasodoble es la historia de un hombre que agradece a su amigo «por estar en las buenas y en las malas» y porque «sabes aconsejarme, me limpias la mente y me calmas con tu voz». No obstante, no es hasta los últimos versos que desvelan que el amigo con el que estar «es como una terapia» es en realidad el propio carnaval.
Algo más flojos por temática, que no por interpretación, fueron los cuplés, que condujeron a un popurrí con el que la comparsa de Vilches cerró una sesión de preliminares correcta tanto en música como en interpretación, lo que podría abrirle las puertas de la siguiente fase.
El último gaditano
La quinta sesión de preliminares del COAC terminó con la comparsa de Barcelona, que para la edición de 2024 ha adoptado el nombre de El último gaditano. Débora Morón, Antonio de la Flor y Juan Carlos Cruz firman la autoría de una agrupación compuesta por un grupo de vigías que ven la vida pasar desde su torre.
Los pasodobles tuvieron una temática atractiva, pero la nefasta interpretación de un grupo totalmente desafinado los convirtieron en desastrosos e insufribles. En el primero de ellos El último gaditano lamentó que, mientras muere por Cádiz «en el destierro» y la lleva por bandera, «cuando vuelvo a casa los catetos más puristas me hacen sentir de fuera».
La segunda letra fue una crítica al abandono que sufren los enfermeros. Si bien fueron los «héroes» en la pandemia, la comparsa se preguntó «dónde se quedaron las medallas, los aplausos y los honores» y censuraron «que haga falta otra pandemia para que se nos valore».
La muy previsible tanda de cuplés, en la que sueñan con que los grandes autores vayan al concurso de Arabia para «ver si de esta forma pasamos de las preliminares» -hito para el cual necesitarían antes acertar una nota-, precede a un popurrí que se agradece que acabe.