Tercera sesión de preliminares del COAC. La función no fue moco de pavo. Aquellos que consiguieron una entrada para el Gran Teatro Falla el jueves, 11 de enero, disfrutaron de una de esas agrupaciones de primer nivel cuyo pase a la final está casi asegurado gracias a la pluma de uno de esos gigantes de la fiesta gaditana, como es Antonio Martínez Ares.
La tarde, sin embargo, no comenzó con la comparsa La oveja negra, sino que lo hizo con el coro de Mérida, ¡Qué orgullo de coro! El grupo que firman Antonio, José Rodríguez y Celia Lafuente, que cuenta con música de El Lacio y El Sheriff, presentó la idea de un ejército LGTBI.
Lo más destacable de la agrupación merideña fue la música, que sin embargo no fue aprovechada por unas voces que se iban apagando pese a tener unas letras aparentes, siendo la primera un piropo a Su Gaditana Majestad, El Tango, que hicieron «con sangre de Cádiz y el alma de Extremadura». La modalidad fue la protagonista de la segunda letra en la que hicieron una defensa del coro como «pionero de la igualdad».
Los cuplés fueron para la libertad que «se nos ha ido de las manos» porque «hasta el alcalde es jerezano» y para Martínez Ares, que acaparó la atención de sus familiares. En el popurrí el coro regresó al tipo con referencias al desfile del orgullo o el matrimonio igualitario. En definitiva un batallón que «defiende el amor, la igualdad, la diversidad y las libertades».
La alegría de Cai
Y tras el coro de Mérida… ¡EL APOCALIPSIS! Luis Martínez y Fernando Castro trajeron al Falla a un «Nostradamus caletero», unos auténticos agoreros que proclaman por las calles de la Tacita que la culpa del fin del mundo es por «ser pesados con que en Cádiz hay que morir».
La chirigota La alegría de Cai, también conocida como Los apocalípticos, logró un buen pase de preliminares en el que la atención se centró en unos pasodobles muy melódicos y clásicos en los que pidieron a Cádiz que «no rechace» sus coplas y denunció duramente «la explotación, los abusos y las horas extras» que sufren los camareros gaditanos por parte de la patronal hostelera de unos «millonarios de pandereta, miserables, que son de Cádiz la vergüenza».
El humor regresó en una tanda de cuplés dedicada al sexo y las agrupaciones de Luis Rivero y los Carapapa. En el popurrí los chirigoteros regresaron al tipo asegurando que ya desde chicos «leíamos las esquelas de El Diario» y con el tsunami que los científicos han previsto para Cádiz. El origen jerezano del alcalde y la pasión de Vizcaíno por el Sevilla F.C., también tuvieron su hueco en el repertorio, aunque fuera para pedir «¡Que caiga el meteorito ya!».
Con lo bonito que era
Y del apocalipsis, viajamos al futuro. Un futuro con mucho pasado, ya que David Domínguez, el Principito, ha querido homenajear este año con su comparsa a aquellos Robots que sacara Joaquín Quiñones en 1983 y con los que consiguiera el segundo premio.
Si la presencia de Antonio Martínez Ares aseguraba una buena tercera sesión de preliminares del COAC, la comparsa Con lo bonito que era hizo que fuera extraordinaria. El grupo ha vuelto al concurso con más fuerza después de descansar un año. La música que firma Principito y el conjunto de voces consiguen enganchar desde el primer minuto y provocan en quien escucha el repertorio, nostalgia por un Carnaval del que sólo quedan los recuerdos.
Los pasodobles sirvieron para presentar la idea, defender al comercio tradicional gaditano «que han sucumbido al paso del tiempo» y criticar que hoy se ponga «alfombra roja a todo el que viene en un crucero» y «precio a la esencia de los barrios». Los cuplés fueron de trámite para llegar a un estribillo en el que cantaron que los carnavales hacen que su corazón «lata».
Anonymus gaditano
La chirigota de San Fernando (Cádiz), de autoría oficialmente anónima, al hilo del tipo, llegó a la tercera sesión de preliminares del COAC para hackear a todos, lanzar maldades y cargar contra aquellos que se hacen llamar aficionados mientras que con una máscara critican y echan por tierra el trabajo de las agrupaciones, algo que queda claro tanto en la presentación como en la primera letra.
El segundo pasodoble no abandona la temática metacarnavalera y reprueba a todos aquellos que opinan que, para concursar, deban guardarse o desechar algunas temáticas por «cantarle a Martínez Ares». La tanda de cuplés destacó por un repertorio localista, con bromas al Cádiz C.F., José Antonio Vera Luque o Ángel Gago.
La oveja negra
Palmas y expectación ante la llegada del niño de Santa María. Antonio Martínez Ares regresó al Gran Teatro Falla en la tercera sesión de preliminares del COAC defendiendo un primer premio que ha conseguidos tres veces en los últimos cuatro años.
La oveja negra presentó a los aficionados una idea llena de rebeldía y rabia carnavalera. Antonio Martínez Ares se definió a sí mismo en una presentación de vértigo que supo a gloria bendita, como «el guijarro en el zapato, el acorde disonante, un traidor pa los callaos, la vergüenza de mi sangre y el verso que molesta».
El repertorio fue in crescendo en unos pasodobles para el recuerdo en los que el gaditano puso toda la carne en el asador y que dejaron al teatro con ganas de escuchar lo que guarda Antonio para las fases venideras. La primera letra fue un guiño del niño de Santa María para tantas y tantas «ovejas negras» como tiene la Fiesta.
La segunda, sin embargo, fue un «aviso a navegantes» para el alcalde popular a quien recordó que «lo que pienso, lo digo y no me temblará la pluma». Además, le juró que «no voy a aguantar ocho años como hice con otros mamarrachos» y le advirtió de que «te voy a estar esperando con mi guitarra apuntando a tu despacho».
La comparsa bromeó en los cuplés con el tipo y con lo que estaban haciendo el rey Juan Carlos y Froilán durante el acto de jura de la princesa Leonor. En el popurrí reapareció la vena más combativa de unas ovejas que con cuartetas como «sobran borregos, faltan ovejas negras» dejaron el listón muy alto para una modalidad que ya de por sí es complicada.
Te he dicho 1.748.654 veces que no soy exagerao
El broche de la tercera sesión de preliminares del COAC lo puso el estreno de la chirigota gaditana Te he dicho 1.748.654 veces que no soy exagerao. Sin embargo, aunque la agrupación sea nueva, la firma un apellido con solera en el concurso como es el de Villegas, que se mezcla con antiguos componentes del grupo de José Luis Ballesteros Castro, El Love.
Esta reunión de carnavaleros experimentados se narra, precisamente, en un primer pasodoble, que llega tras la pieza de presentación, en la que los chirigoteros explican sus numerosas exageraciones. Las mismas se materializan en unos pitos de caña enormes, que contrastan con un forillo que cabe el bolsillo.
La segunda letra de pasodobles, crítica con la ironía de una ciudad «feliz e insatisfecha» en la que «cada vez hay menos trabajo en los astilleros, mientras que te dan la lata para que vayas a la regata a ver barcos extranjeros», dio paso a una tanda de cuplés divertida, a la par que extensa, cuyas diez piezas, divididas en tandas de cinco, fueron para Andy y Lucas, el Pacha Espino, el aparcamiento en Cádiz, el precio del aceite o la boda del torero Juan Ortega.
Las exageraciones de estos chirigoteros culminaron en un popurrí en el que relataron, por ejemplo, el proceso de construcción de una piscina que empezaron en Chiclana y terminaron en Jerez. Una piscina que «tiene peaje y todo», pero en la que no cabe la madre uno de los componentes y que, por otro lado, se hubiera llenado con la ola del tsunami. La ironía tuvo también cabida al asegurar que «si fuera el alcalde de Cádiz no podría hacer nada porque está todo hecho». Un final de sesión que supo a clásico y a humor gaditano pura.