El reloj marcaba las 20:05 horas cuando el telón se alzaba para dar comienzo a la segunda sesión de preliminares del COAC de 2024. El coro El gremio, cabeza de serie de la función, arrancó con una puesta en escena que levantó el apetito de más de uno en el patio de butacas. Los integrantes de la agrupación de El Chapa, caracterizados como trabajadores del Restaurante Cádiz, retrataron en la presentación la situación complicada de la hostelería gaditana.
El repertorio fue de menos a más con los tangos, donde el protagonismo no sólo fue para ensalzar «la vieja receta» del tango, valga la redundancia, sino también para Juan Manuel Braza, El Sheriff. Los coristas reconocieron estar orgullosos de que una «buena persona» como él sea el pregonero del Carnaval de 2024.
Tras una tanda de cuplés simpática y animada, en la que volvieron a hacer acto de presencia el pico de Rubiales y la separación de Andy y Lucas, regresó el clasicismo con el popurrí. La agrupación regresó al tipo y ridiculizó la cocina moderna, aunque como diría El Selu: ¿Qué tendrá de antiguo un plato de menudo? La turistificación masiva fue, junto a la precariedad laboral de los hosteleros, el tema principal del repertorio, en el que los coristas llegaron a asegurar que «a cambio de muy poquito se está vendiendo nuestra ciudad».
Los benditos
Con la musiquilla de «Cádiz no se vende» con que terminó el coro de El Chapa aun en la cabeza, llegó el turno en la segunda sesión de preliminares del COAC para la comparsa Los benditos. Francisco José Fernández Diaz, Toté, ha apostado para 2024 por una agrupación tradicional en tipo y repertorio. Con ella intentará pasar el corte y llegar a cuartos de final como hiciera en 2023 con Las borracheras.
La comparsa gaditana defendió un repertorio localista, sin excesivo riesgo, donde sobresalió el continuo piropo. En el primer pasodoble el grupo hizo referencia a la suerte de nacer gaditano mediante la historia de una cigüeña que reparte niños -un pelín rebuscado-, mientras que, en el segundo, superior al anterior, criticaron y lamentaron que, con todos los nombres que ha recibido Cádiz a lo largo de la historia, ahora sea conocida como «la ciudad de los parados».
El popurrí junto a la presentación fueron un recopilatorio de todas las cosas benditas que tiene la Tacita de Plata: el atardecer en la Caleta, el Teatro Falla, las Puertas de Tierra, el pescaíto frito, la Semana Santa, los cargadores, el Estadio Carranza, las bulerías, el cante flamenco, el acento, la piedra ostionera… Sin embargo, si una cosa dejó clara Toté es que Cádiz es «bendita entre todas las ciudades» y que lo más bendito son sus carnavales.
Los de la arritmia al 3×4
Pepe Fierro ha vuelto al concurso en la segunda sesión de preliminares del COAC para intentar pasar el corte. Después de repasar los rincones más bellos de La Señorita del Mar, subieron a las tablas del Gran Teatro Falla unos auténticos adictos -enfermos- del Carnaval.
Fierro optó para la presentación por referenciar a una de sus antiguas agrupaciones, la de Juan Carlos Aragón. Así, en los primeros minutos, se parodió aquel pasodoble de Los condenaos, «Un amigo es un amigo», o se escuchó la música de Araka La Kana.
La agrupación no pareció terminar de conectar con el público, a excepción de los pasodobles, que, por su clasicismo musical y vocal y por su temática (el primero un piropo al Carnaval y el segundo sobre el pregonero, Juan Manuel Braza), salvaron el repertorio.
En los cuplés, es cierto, se agradeció escuchar una temática diferente a la de otras agrupaciones, pero se echó en falta más elaboración en las letras, porque el chiste de blanqueo de capitales por pintar fachas europeas de blanco… está muy visto. En fin, serán «cosas del Carnaval…». El popurrí fue exactamente eso, un conglomerado de cuartetas desconectadas entre sí donde lo más destacable fueron el repaso a la semana de Carnaval.
Las mujeres de la vida
La segunda sesión de preliminares del COAC continuó con una comparsa muy femenina llegada desde Sevilla. Unas matronas, las de los autores Ramón Ruiz y Damián Gómez que se presentaron en el Templo de las Coplas para ayudarnos a «renacer».
Habrá a quien no le gusten las comparsas donde el protagonismo lo tengan las voces femeninas, para gustos… agrupaciones; pero nadie podrá negar que la potencia musical y la sensibilidad demostrada por las integrantes de esta agrupación bien merece un hueco en la fase de cuartos.
Los pasodobles, por su musicalidad, claridad y valentía, fueron la delicia de un buen repertorio. El primero les sirvió para cargar contra los «imprudentes» y las «lenguas verduleras» que importunan a las mujeres para que sean madres antes de que se les «pase el arroz». La segunda la dedicaron a los niños perdidos de Gaza y a las Naciones Unidas, organización a la que se refirieron como «la gran mentira que te hacen creer» y acusaron de «sólo querer el poder» y de ser «la basura, la sepultura».
De la tanda de cuplés, dedicados a los ingredientes picantes y al parto y los vestidos de Cristina Pedroche, lo más destacable fue el estribillo, en el que regresaron al tipo para sacar de sus entrañas las melodías que cada febrero regalan a Cádiz. En el popurrí se enfocaron principalmente en una temática andaluza y en las nanas para terminar hablando de Cádiz como la «matrona de las coplas» que les «da vida».
Ciego de tronos
Froilán desgrana en el Falla su plan parra ceñirse la Corona. ¡¿Qué puede salir bien?! Ingenio, actualidad, referencias y mucho cachondeo han sido los ingredientes que han mezclado La Agrupación y El Lacio para llegar a Cádiz, que según reconocen «es como tocar el cielo».
«Si os asustó Juan Carlos, cuando reine yo… verás», avisa el Froilán más chirigotero, quien no ha olvidado a ningún miembro de su familia en un repertorio sin filtros que no ha dejado a nadie indiferente. En cuanto a los pasodobles, de corte más serio, destacó el segundo en el que la agrupación comparó a la Familia Real con una casa real que se ve acosada por la dependencia, el desempleo, las facturas, la hipoteca, la precariedad…, elementos que dificultan llegar a final de mes. «Esas sí son casas reales y no la de los Borbones», remataron los chirigoteros sevillanos.
El humor regresó tanto en los cuplés como en el popurrí, piezas llenas de maldades y faltas de censura, tal y como manda la fiesta gaditana. En todo momento estuvo presente el tipo con dos cuplés dedicados a un supuesto amigo invisible en la Casa Real en el que Froilán regaló a su abuelo «un hermano que sepa esquivar los tiros» y a una pelea de tortas Zarzuela entre Letizia y doña Sofía.
El estribillo jugó con la fonética al asegurar que España pide a los Borbones «himno» e «irnos». Froilán recordó en el popurrí el plan para alcanzar el trono, que consistió en un empujón a la princesa en la Caleta y un toqueteo «muy discreto» de los frenos del coche de Felipe, o, como asegura él, al son de El Barrio, «me hice un Lady Di… y sin remordimiento».
Froilán desveló además su plan de reinado, que incluye el cambio de capital a Ibiza o los nombramientos de Pepe, el Marismeño; Kiko Rivera y Sergio Ramos como ministros de Consumo, Trabajo y Cultura respectivamente. La agrupación concluyó su pase por preliminares asegurando, para tranquilidad de la Fiscalía y la Audiencia Nacional, que esto es una «serie de ficción» y prometiendo que «no mataron a ningún Borbón».
Los fabricantes
La segunda sesión de preliminares del COAC terminó con la comparsa gaditana de Chato, Patri Andrés y Tomy Alemania. Los fabricantes es una agrupación en la que sus intérpretes encarnan a unos hombres que elaboran los vientos que se llevan los males de Cádiz.
El Chato ha bajado del palco del jurado para incumplir su promesa de no escribirle a Cádiz porque, como refleja en su primer pasodoble, «me muero si no vengo a decirte te quiero». La segunda letra volvió a ser para la princesa Leonor, a la que los autores compararon con una niña que ni siquiera puede ir a la Universidad.
En los cuplés la comparsa tiró de metacarnaval y bromeó con el continuo cambio de bases en el concurso. El segundo fue para la moda de grabar a las parejas en los eventos deportivos con la Kiss Cam adaptada a la realidad del Nuevo Mirandilla. El último popurrí de la noche regresó al tipo de fabricantes de vientos para recordar lo que cada brisa trae a Cádiz, rematando con la afirmación de que «después de la tormenta siempre llega la calma».