El Museo de Málaga se ha sumado a la conmemoración del cincuenta aniversario del fallecimiento de Pablo Picasso con la exposición temporal ‘La presencia de Picasso’, que podrá visitarse hasta el 30 de diciembre de este año.

La exposición recoge un centenar de obras gráficas y bibliográficas, muchas procedentes del Legado Sabartés, la donación realizada por el secretario personal del artista, y relata cómo se ha ido formando en el Museo de Málaga esta colección, que, pese a su discreción, es significativa de la presencia que en Málaga tuvo y tiene Pablo Picasso.

Según ha explicado la directora del Museo, María Morente, desde su inauguración en 1916, el Museo de Bellas Artes de Málaga contó en su colección con dos obras de Picasso realizadas en su infancia. El pintor Antonio Muñoz Degrain, al frente de la creación de esta institución, incorporó a la colección fundacional la acuarela de Picasso «El viejo de la manta» (1895), retrato de su padre, y regalo de Picasso niño a su maestro Muñoz Degrain. Diez años después de la inauguración, ingresó en la colección la otra obra, «Pareja de ancianos- Evocaciones», óleo de pequeño formato, pintado el mismo año que la acuarela, y en este caso, donación de sus tíos.

Esta discreta representación tuvo un importante incremento con la renovación del Museo en 1960 en su nueva sede del Palacio de Buenavista, con el ingreso de la donación realizada por el barcelonés Jaume Sabartés, secretario personal de Picasso. La llegada de este legado al Museo de Málaga estuvo motivada por el deseo de la institución de contar con una sala dedicada a Picasso en la nueva sede del Palacio de Buenavista.

Fue una iniciativa que lideraron dos malagueños, Baltasar Peña Hinojosa y Juan Temboury Alvarez. En 1959, Juan Tembory llegó a escribir una carta a Pablo Picasso, relatándole la nueva situación del museo malagueño y ofreciéndole exponer en él. De esta iniciativa surgiría la posterior relación entre ambos y el contacto directo con Jaume Sabartés, quien donó definitivamente los fondos que harían realidad la deseada exposición de Picasso en su ciudad natal.

El legado Sabartés

Sabartés hizo llegar al Museo de Bellas Artes de Málaga, en distintos envíos desde finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo pasado, una colección de obras gráficas y un legado bibliográfico formada por cerca de 400 publicaciones sobre Picasso, muchas de ellas dedicadas por el pintor; el libro ilustrado por Picasso ‘Los cuentos de Ramón Reventós’ (1947) en su edición francesa y catalana, y cuatro carpetas de obra gráfica con las series ‘Tauromaquia o el arte del Toreo de Pepe Illo’ (1957), ‘Fauna y Flora de Antibes’ (1946), ‘Mis diseños de Antibes’ (1958) y ‘Mujeres y Faunos’ (1940 y 1955).

Con este legado y algún depósito estatal, como la ‘Jarra cerámica con búho y perfil humano’ (1954), el Museo de Bellas Artes de Málaga inauguró una sala dedicada a Picasso el 20 de agosto de 1960, cumpliendo así el deseo de contar con el artista en la remodelación del Museo.

En 1967, el Ministerio de Cultura publicó el legado bibliográfico de Sabartés al Museo de Málaga. El pintor Sevillano José Romero Escassi, al escribir el prólogo de esa publicación citaba las intenciones de Sabartés, que había visitado Málaga en 1955: «Voy a regalar a los malagueños todos mis libros sobre Picasso. Hay bastante, ¿sabe?; quiero contribuir a que sus paisanos aprecien la magnitud universal de su arte y conozcan el interés que su personalidad tan singular ha suscitado en todos los sectores. Quisiera que los jóvenes que aún no hayan podido viajar, adquieran anticipadamente alguna noticia sobre la fabulosa obra que su gran malagueño ha dispersado prodigiosamente por todo el mundo».

Obra expuesta en ‘La presencia de Picasso’

Los visitantes de la exposición podrán contemplar en la muestra las dos obras infantiles de Picasso, 64 litografias representativas de las series ‘La Tauromaquia’, ‘Mis diseños de Antibes’, ‘Floras y Faunas’ y ‘Mujeres y Faunos’, 30 libros en representación de los casi 400 que donó Sabartés (5 de ellos con dedicatoria manuscrita de Picasso a su secretario), y dos cuentos de Javier Reventós ilustrados por Picasso en su versión francesa y catalana (1947).

Se exponen también otros fondos del Museo de Málaga, ingresos posteriores a la donación Sabartés, como una jarra cerámica, un dibujo retrato de Francisco Palma y el óleo ‘Cabeza de Hombre o Mosquetero’.

Igualmente, se pueden ver dos fotografías de Juan Gyenes Remenyi sobre Picasso, ambas de 1961, ‘Picasso bailando por malagueñas en su ochenta cumpleaños’ y ‘Picasso recibe una garrafa de vino de Málaga por Antonio el bailarín’, así como diversas instantáneas de la exposición que finalmente se realizó en el Museo con el Legado de Jaume Sabartés.

La exposición exhibe también en la sala un fragmento de la carta que Juan Temboury envió a Picasso invitándole a exponer en la nueva sede del Museo, e incluye un audiovisual producido para la colección permanente del Museo de Málaga por el Ministerio de Cultura y Deporte, que narra la historia del Legado Sabartés.

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