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La Consejería de Salud y Consumo, a través del Plan Andaluz de Ictus y la labor de los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS), ha logrado situar por encima de la media española (15,5) la tasa de trombectomías por 100.000 habitantes en Andalucía (16,5). Las trombectomías son las cirugías para extirpar un trombo (coágulo de sangre) de un vaso sanguíneo.
Desde 2017 hasta 2021, el número de trombectomías practicadas ha aumentado alrededor de un 120% hasta situarse en 1395 procedimientos anuales. Estos significativos avances que se han venido produciendo en los últimos seis años se deben en gran medida al enorme esfuerzo realizado desde todos los eslabones asistenciales para adaptarse al continuo aumento de procedimientos.
¿Qué es una trombectomía?
El tratamiento endovascular mediante la trombectomía, un procedimiento llevado a cabo por neurorradiólogos intervencionistas que consiste en el acceso a la circulación intracraneal con guías y catéteres para la extracción directa del trombo que ocasiona el infarto cerebral, supuso el inicio de una revolución en la lucha contra el ictus. Esta técnica permite recuperarse sin secuelas, o con leves déficits, a un gran número de pacientes que hace solo unos años sufrían grandes discapacidades permanentes por falta de alternativas terapéuticas.
El volumen creciente de este tipo de intervenciones es un ejemplo del aumento en la calidad asistencial que ha alcanzado el sistema desarrollado por el Plan Andaluz de Ictus, conformado por los seis nodos de asistencia (Sevilla-Huelva; Córdoba-Jaén; Cádiz, Granada, Málaga y Almería), así como la red de asistencia especializada a través de Telemedicina del Centro Andaluz de Teleictus (CATI).
El inctus, primer motivo en el fallecimiento de mujeres
Este servicio permite la valoración especializada a distancia por parte de un neurólogo vascular de pacientes en cualquier hospital, independientemente de su tamaño o localización. Asimismo, otro eslabón importante en la cadena asistencial son las unidades de ictus, que garantizan los cuidados hospitalarios necesarios para atender a este tipo de pacientes, y que han aumentado notablemente en número en los últimos años, hasta alcanzar los estándares europeos de una cama de unidad de ictus por cada 100.000 habitantes.
El ictus es el primer motivo de fallecimiento en mujeres y la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto. Se trata de una emergencia médica con prioridad asistencial máxima que se sitúa al mismo nivel que el infarto agudo de miocardio o el politraumatismo. Es, además, una patología tiempo-dependiente que requiere una actuación rápida para garantizar el mejor resultado clínico posible.