Primeras elecciones autonómicas en Andalucía celebrada en 1982 / Junta de Andalucía
Primeras elecciones autonómicas en Andalucía celebrada en 1982 / Junta de Andalucía


El 23 mayo de 1982 se convocaron las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía. Han pasado cuarenta años de esta cita histórica. Según quedaba recogido en el Estatuto de Autonomía, aprobado unos meses antes, el Parlamento es «la institución de autogobierno de la Comunidad Autónoma de Andalucía que representa al pueblo andaluz a través de los diputados y diputadas -109 en total, 8 por cada provincia, mientras que los otros 45 se reparten en proporción a su población- elegidos mediante sufragio universal, libre, igual, directo y secreto por la ciudadanía».

Estas primeras elecciones al Parlamento de Andalucía dieron unos resultados que marcarían la tónica en posteriores convocatorias electorales. El claro ganador fue el PSOE, con 66 escaños, marca jamás conseguida de nuevo, suponiendo el techo de la formación socialista en la comunidad. El 60,42% de los andaluces acudió a las urnas en aquellos primeros comicios.

El primer Parlamento andaluz arrojó una correlación de fuerzas desequilibrada, pues el segundo partido, a mucha distancia del PSOE, fue representó Alianza Popular con 17 diputados, seguida de la UCD con 15 parlamentarios. Por su parte, el Partido Comunista de España alcanzaba los 8 escaños y el PSA conseguía una representación de 3 diputados. Se nombró presidente de la Junta de Andalucía al socialista Rafael Escuredo, que ya lo venía siendo desde el año 1979 como presidente preautonómico. Escuredo capitalizó la movilización por la autonomía y la lucha por el proceso autonómico andaluz.

Candidaturas de las primeras elecciones andaluzas

A las elecciones del 23 de mayo de 1982 concurrieron 90 candidaturas y 1252 candidatos titulares: 1033 son hombres (82,50 %) y 219 mujeres (17,50 %). De los 109 diputados que formaron el primer Parlamento de Andalucía 103 fueron hombres y 6 mujeres.

La candidatura del PSOE-A estuvo encabezada por Rafael Escuredo, la del PSA por Luis Uruñuela, la de la UCD por Luis Merino, la de Alianza Popular por Antonio Hernández Mancha y la del Partido Comunista por Felipe Alcaraz.

Un largo camino hasta las urnas

Durante los convulsos años de la transición, la población andaluza expresó su voluntad de autogobierno reclamando la autonomía mediante masivas manifestaciones, como la que tuvo lugar el 4 de diciembre de 1977. Los partidos políticos andaluces firmaron el Pacto Autonómico, que pasó a la posteridad bajo el nombre de Pacto de Antequera, que estipulaba el compromiso de alcanzar la autonomía plena en el espacio de tiempo más breve posible.

El 27 de mayo de 1978 se creó en la Diputación de Cádiz, aún con carácter preautonómico, la Junta de Andalucía, siendo su primer presidente Plácido Fernández Viagas. Pocos meses después se celebraron las elecciones generales y municipales, mientras se constituyó definitivamente en la Diputación de Sevilla la Junta de Andalucía como órgano preautonómico, nombrándose presidente a Rafael Escuredo en 1979.

Tras ello, el gobierno central convocó a la población andaluza a las urnas en el referéndum celebrado el 28 de febrero de 1980. El triunfo del ‘Sí’ es mayoritario en siete de las ocho provincias, pero no alcanza el techo legal en Almería. Pese a lograr un abrumador sí a la Autonomía no logró rebasar las duras condiciones de la consulta pactadas previamente por la UCD de Adolfo Suárez y el PSOE de Felipe González. Estas suponían lograr la mitad más uno de síes no sólo de los votantes, sino del censo, antes de concederle la capacidad de autogobierno al mayor de los territorios de España.

Tras el duro varapalo moral para los andaluces, y el bloqueo del 28F, los responsables políticos comenzaron a buscar la salida al conflicto, empezando por la propia reforma de la Constitución, que el Congreso rechazó el 18 de junio de ese mismo año. Finalmente, y tras la moción de censura a la que el Presidente Suárez se había enfrentado el 21 de mayo, en septiembre tuvo lugar la cuestión de confianza a la que Suárez sometió a la Cámara Baja, oportunidad que un astuto Alejandro Rojas-Marcos –entonces portavoz en el Congreso de los cinco diputados del Grupo Andalucista- aprovechó para buscar el desbloqueo por el artículo 144 de la Carta Magna, para que Andalucía lograse su autonomía por la vía rápida (artículo 151) en lugar de por la lenta (143).

Durante la sesión del 17 de septiembre de 1980, los andalucistas ofrecieron a Adolfo Suárez salir indemne de aquella moción de confianza: votarían a favor de la misma siempre y cuando el gobierno de la UCD se comprometiera a que el anteproyecto del Estatuto se elaborase por un proceso similar al usado para el catalán y el vasco y buscara la salida para que Andalucía lograse la autonomía plena del artículo 151 de la Constitución Española.

Desde aquel 17 de septiembre y hasta el 23 de octubre, andalucistas, comunistas, socialistas y centristas acordaron el documento final que daría la salida legal al conflicto político: una propuesta conjunta por la que, mediante el artículo 144 (por interés nacional) se otorgaba la autonomía andaluza por el 151 a Andalucía.

Finalmente, en octubre de 1981 se celebra el referéndum de aprobación del Proyecto de Estatuto de Autonomía, con lo que se llega al año 1982 con Andalucía poseedora de la
autonomía política mediante la vía del artículo 151, la denominada vía rápida.

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