Uno de los ejes vertebradores del proyecto La Prensa en Andaluz es la celebración de las casi cuatro décadas de autonomía andaluza. Nuestros alumnos no lo saben, pero una de las primeras cosas que nos pasa por la cabeza cada vez que impartimos un taller es preguntarnos si alguno de los asistentes fue testigo de los acontecimientos clave que llevaron a Andalucía hasta la autonomía.
Nos encontramos en Alcalá de Guadaíra, el clima acompaña, tanto que nos sorprende que los alumnos hayan decidido que la mejor forma de pasar la mañana del viernes sea en un taller de alfabetización mediática. Pero, evidentemente, estamos encantados y agradecidos.
Tenemos mucho que decirles, pero hoy queremos prestar especial atención a lo que ellos pueden aportarnos. Por mucho que lo estudiemos, los que no lo vivimos nunca vamos a saber qué se siente asistiendo a la mayor de las manifestaciones celebrada en Andalucía, yendo a votar el referéndum de 1977 o escuchando los resultados de las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía en 1982.
“El referendum de 1977 ha sido la única vez en toda la democracia en la que realmente he deseado ir a votar. No votaba por obligación sino por voluntad.” Nos comenta Marga. “Yo también estuve en la manifestación. Recuerdo que aún había gente contraria a la autonomía” Nos dice su compañero justo desde el otro extremo de la fila de sillas.
Tenemos que admitirlo: sentimos envidia. No hay ningún reportaje ni vídeo que te haga sentir lo mismo que si lo vives o ves en directo. Pero es envidia sana, porque gracias a esos momentos hoy podemos disfrutar de la autonomía.
Los jóvenes han estudiado el proceso autonómico en los colegios e institutos pero pensamos que se está perdiendo esa especie de admiración por lo conseguido o no se le está dando la importancia a un hecho de tal envergadura para la sociedad andaluza.
Después de casi dos horas de taller, nos vamos contentos aunque con algo de preocupación porque Benjamín ha dicho algo que no podemos evitar pensar que es cierto:
“No sé si hoy hubiese sido lo mismo. Los jóvenes no parecen estar muy preocupados por estos temas y no saben la suerte que tienen”.